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Algunos terminan sin nariz y con gran parte de su labio afectado. Otros llevan un gran orificio bajo el ojo. Están también aquellos que ya perdieron la vista. Y claro, aquellos que murieron con, incluso, los huesos a la vista. Eso produce el noma, una extraña enfermedad que se está llevando las vidas de gran parte de los niños más pobres del mundo.

Es una patología conocida como un tipo de gangrena, que produce la muerte de tejidos en alguna parte del cuerpo. ¿Cómo? El cuerpo deja de suministrar sangre a esa zona, producto de alguna lesión, una infección u otra causa.

En específico, el noma se produce en el rostro de las personas. La Organización Mundial de la Salud especifica que aparece como una herida pequeña en el interior de la boca o en el labio. Más tarde crece de forma incontrolable hasta que devora gran parte de la piel.

AFP PHOTO / ISSOUF SANOGO
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Son 140 mil niños al año que contraen la patología. Los menores desprenden un olor fétido. Por la deformidad que alcanzan sus rostros, los familiares optan por alejarlos de sus hogares. Los mandan a vivir con los animales porque consideran que la aparición de la enfermedad es un signo de maldición, según explica un estudio de la Universidad de Salamanca.

La afección se concentra principalmente en África. De hecho, la zona que va desde Senegal hasta Etiopía es denominada “el cinturón del noma”. El factor común de estas naciones es la falta de atención médica, la escasa higiene y la pobreza.

Investigadores de la institución Médicos Sin Fronteras (MSF), liderados por la epidemióloga Elise Farley, advierten al diario español El País que “se sabe poco sobre el noma, ya que la mayoría de los enfermos vive en lugares desatendidos y de difícil acceso”.

AFP PHOTO / ISSOUF SANOGO
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La desnutrición, la mala higiene oral, infecciones anteriores -principalmente por sarampión-, la miseria y la cercanía con los animales, son algunos de los factores que podrían influir en el desarrollo de la afección.

No obstante, investigaciones más actualizadas de la MSF, publicadas en la revista especializada Plos, dan cuenta de que la enfermedad sería consecuencia de una dieta pobre y monótona, basada principalmente en gachas de maíz.

En los estudios, en que tomaron a 74 menores de edad afectados por la infección, descubrieron que el calostro -la primera leche de la madre- podría resultar muy importante en la prevención del desarrollo de la enfermedad.

Organización Mundial de la Salud
Organización Mundial de la Salud

Además, revelaron que de los 74 infantes, sólo dos estaban vacunados contra el sarampión. Aún así, los resultados no son del todo concluyentes. “Se necesita más investigación para comprender mejor el origen de esta enfermedad”, detallan.

En tanto, la OMS ha estado repartiendo folletos a los países afectados pidiendo a los familiares “no esconder a los menores”. Con un tratamiento antibiótico temprano, los niños podrían salvar sus vidas. Sus rostros, luego de ser devorados por las bacterias, quedan así perpetuamente.