Javier Milei regaló un controvertido libro a su círculo cercano en Navidad. Se trata de una publicación llamada Defendiendo lo indefendible, del economista estadounidense Walter Block.
La actividad fue una cena en Quinta de Olivos, residencia de los presidentes en Argentina, donde Milei estuvo acompañado por sus ministros, familiares y amigos.
De acuerdo al medio asociado Perfil, el libro fue publicado en 1976 y rápidamente generó polémica en Norteamérica, ya que es considerado dentro de los más radicales del liberalismo económico.
Lo cierto es que el autor justifica actividades socialmente cuestionadas y, en muchos casos, tipificadas como delitos, como la prostitución, el proxenetismo, el narcotráfico, el chantaje o el trabajo infantil, presentando esto como “prácticas legítimas dentro de un mercado sin restricciones morales externas”.
De hecho, señala el citado medio, el mandatario ha expuesto algunas ideas de Block en sus discursos, al asegurar que: “El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad”.
Algunas ideas contenidas en el libro regalado por Milei
Block presenta a la prostituta como una trabajadora que realiza un “intercambio voluntario de servicios sexuales por dinero entre adultos responsables”. En su razonamiento, el aspecto central no es el contenido del acto, sino la existencia de un acuerdo sin uso de la fuerza física directa.
Desde esa lógica, la prostitución no debería ser objeto de prohibición ni regulación estatal, ya que “no habría violación de derechos ni agresión identificable”.
El autor extiende su razonamiento al proxeneta, al que define como un “intermediario que organiza y facilita intercambios en el mercado sexual”. Sostiene que, en ausencia de coerción física directa, su función “no difiere sustancialmente de la de otros agentes que conectan oferta y demanda en distintos rubros económicos”.
Sobre el narcotráfico, el economista sostuvo que el traficante de drogas es un “proveedor que responde a una demanda existente y voluntaria”. Según su argumento, “la violencia asociada al narcotráfico no deriva del producto en sí, sino de su prohibición”.
En un mercado libre, sostiene, esta actividad no sería moral ni económicamente distinta de cualquier otra forma de comercio.
También asevera que la corrupción policial es una “respuesta individual a incentivos distorsionados creados por el Estado”. En su razonamiento, los sobornos surgen porque “el poder coercitivo se concentra en manos de funcionarios que controlan mercados prohibidos”.
También hace alusión al trabajo infantil, indicando que es “una práctica que puede resultar beneficiosa para las familias”. En su análisis, prohibirlo sin considerar las condiciones económicas reales puede generar mayores perjuicios.