Investigadoras de la Universidad Técnica de Delft, en Países Bajos, rediseñaron el espéculo vaginal, la herramienta que utilizan los médicos para abrir y mantener separadas las paredes vaginales al momento de un exámen o chequeo ginecológico.
Este instrumento fue creado en el siglo XIX y, por años, ha sido criticado por causar incomodidad e incluso dolor. De hecho, para mujeres con afecciones como el vaginismo, vulvodinia o atrofia vaginal, la molestia puede llegar a ser intolerable.
Por esta misma razón, muchas pacientes son reacias a realizarse exámenes que incluyan al espéculo para cuidar su salud ginecológica, ya que sienten temor de ser lastimadas.
Ahora, Ariadna Izcara Gual y Tamara Hoveling, ambas de la UT Delf, rediseñaron el espéculo y lo convirtieron en una herramienta más cómoda: “Espero que este diseño motive a las mujeres a hacerse un chequeo médico”, dijo Izcara en un comunicado de la casa de estudios.
¿Cómo es el nuevo espéculo vaginal?
Lo llamaron “Lilium” y está hecho de caucho TPV semiflexible de grado médico, un material termoplástico vulcanizado, a diferencia del espéculo original hecho de metal o plástico duro.
El caucho TPV, permite que la herramienta tenga la resistencia mecánica y la flexibilidad necesaria para poder soportar la presión de las paredes vaginales al momento de separarlas.
Además, tiene la forma similar a la una flor, con una estructura de tres pétalos que actúan como las palancas que separan, “esto busca promover la comodidad psicológica de los pacientes”, explicó la investigadora.
Para el proyecto, Izcara encuestó a un grupo de mujeres donde encontró que el 35% de ellas experimentaban vergüenza, miedo o dolor relacionados con los exámenes ginecológicos, por lo que tuvo esto en consideración para su diseño.

*Crédito: UT Delf
Las pacientes que probaron el nuevo espéculo, dijeron que el instrumento había mejorado la experiencia y lo prefirieron ante el espéculo tradicional. Además, se puede autoinsertar, lo que “puede brindar mayor confianza a las pacientes”, señaló.
También se trabajó con profesionales de la salud para probar su efectividad, quienes señalaron que mejora dos aspectos: la visualización del cuello uterino y hace más fácil el procedimiento.
Asimismo, es amigable con el medio ambiente, ya que es posible reutilizarlo y es mucho más fácil desinfectarlo.