Un estudio presentado en mayo durante la Conferencia de la Organización Europea de Ictus, encontró que un tipo de anticonceptivos puede triplicar el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV) en mujeres jóvenes, del tipo ictus criptogénico.
Se trata de un tipo de ACV donde falla el flujo sanguíneo al cerebro, pero por causas desconocidas, puede ser repentino y grave.
Ahora, el paper recoge que los anticonceptivos hormonales orales combinados (que contienen estrógeno y progestágeno), aumentan significativamente las probabilidades de que ocurra en mujeres jóvenes.
Con “mujeres jóvenes”, el estudio engloba a mujeres en edad reproductiva, que abarca desde la primera menstruación hasta la menopausia.
Ya se había documentado que los anticonceptivos hormonales que tienen estrógeno y progestina aumentan el riesgo de varios problemas de salud graves. Pero ahora, tras hacer seguimiento de más de dos millones de mujeres, no solo se encontró un mayor riesgo de accidente cerebrovascular, también de infarto del miocardio.
Los anticonceptivos que ponen en riesgo a mujeres jóvenes
Laura Elin Pigott, profesora titular de Neurociencias, de la Facultad de Salud y Ciencias de la Vida en la Universidad South Bank, Londres, explicó este hallazgo en un artículo que escribió en The Conversation.
“Uno de sus descubrimientos más sorprendentes fue que las mujeres que usaban anticonceptivos orales combinados tenían tres veces más probabilidades de sufrir un ictus criptogénico que las que no los usaban. Estos resultados se mantuvieron incluso después de que los investigadores ajustaran otros factores que podrían haber contribuido al riesgo de ictus (como la obesidad y los antecedentes de migrañas)”, explica.
Los anticonceptivos que contienen estrógeno sintético y progestágeno son: la píldora, los dispositivos intrauterinos (DIU), los parches y los anillos vaginales.
“El anillo vaginal incrementó el riesgo de accidente cerebrovascular 2,4 veces y el de infarto 3,8 veces. Se descubrió que el parche anticonceptivo aumentaba el riesgo de accidente cerebrovascular casi 3,5 veces”, puntualiza la experta.
Para el estudio también se analizó un anticonceptivo DIU que solo contenía progestina (una versión sintética de la progesterona), pero notaron que con este no había mayor riesgo de ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
“Ambos hallazgos recientes sugieren que el estrógeno podría ser el principal factor de riesgo de ictus. Si bien el riesgo absoluto sigue siendo bajo (es decir, menos de 40 de cada 100.000 mujeres que usan anticonceptivos hormonales combinados sufrirán un ictus), el impacto a nivel poblacional es significativo considerando la cantidad de mujeres en todo el mundo que usan anticonceptivos hormonales combinados”, advierte Elin.
¿Por qué hay riesgos?
Según explica la neurocientífica, esto tiene que ver con los niveles de estrógeno administrados por los anticonceptivos hormonales.
“El estrógeno natural en el cuerpo juega un papel en la promoción de la coagulación sanguínea, lo cual es importante para ayudar a que las heridas cicatricen y prevenir el sangrado excesivo. Pero el estrógeno sintético presente en los anticonceptivos es más potente y se administra en dosis más altas y constantes”, señala.
Esta hormona estimula el hígado, produciendo más proteínas de coagulación y menos anticoagulantes, lo que, en consecuencia, favorece la formación de coágulos.
“Este efecto, si bien ayuda a detener el sangrado, puede aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos anormales que pueden provocar afecciones como un accidente cerebrovascular”, plantea.
“El ictus criptogénico no tiene una causa evidente, pero se relaciona cada vez más con factores de riesgo sutiles y ocultos, como la coagulación inducida por hormonas“, añade.
La experta también hace una crítica, considerando que muchas mujeres continúan usando este tipo de anticonceptivos porque, o están desinformadas sobre los riesgos o no existen otras opciones efectivas que impidan el embarazo.
“Parte de la razón por la que esta disyuntiva se ha normalizado tanto es la persistente falta de financiación y la escasa prioridad que se da a la investigación en salud femenina. Históricamente, la investigación médica se ha centrado desproporcionadamente en los hombres, excluyendo a las mujeres de los estudios o relegándolas a un segundo plano”, apunta.
“Esto ha generado una comprensión limitada de cómo los anticonceptivos hormonales afectan la fisiología femenina más allá del control de la fertilidad. Como resultado, los efectos secundarios siguen siendo poco comprendidos, poco comunicados y poco abordados“, concluye.
Referencia:
Sezgin, M y otros autores. Hormonal contraception increases the risk of cryptogenic stroke in young women. Presentado en la Conferencia de la Organización Europea de Ictus, mayo de 2025.