Una nueva investigación arrojó la posible relación entre el asma desarrollada en niños pequeños y la exposición de la madre durante el embarazo a altos niveles de contaminación del aire.

En esta ocasión, se analizaron partículas ultrafinas (UFP) las cuales no son reguladas por los diferentes gobiernos dentro de los planes de prevención de contaminación ambiental. Dichas partículas, se creen podrían ser más tóxicas que las que se controlan normalmente y que también han sido relacionadas con el asma.

Las partículas UFP son emanadas desde vehículos y chimeneas, y se cree que pasan a través de los pulmones de la futura madre y llegan a su torrente sanguíneo, causando una inflamación dañina. También es probable que atraviesen la placenta hacia la circulación del feto.

En la investigación, publicada en el American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, señala que estas mismas partículas podrían ser las causantes del cáncer de cerebro. “Nuestra investigación es un paso temprano importante en la construcción de la base de evidencia que puede conducir a un mejor monitoreo de la exposición a las UFP y, en última instancia, a la regulación”, explicó a The Guardian Rosalind Wright, quien encabeza este estudio.

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“El asma infantil sigue siendo una epidemia mundial que probablemente crecerá con el aumento anticipado de la exposición a la contaminación del aire por partículas debido a los efectos del cambio climático”, agregó.

Wright dijo que los fetos eran especialmente vulnerables al estrés oxidativo que las partículas contaminantes causan en los tejidos corporales. “El desarrollo fetal es muy sensible a cualquier cosa que altere el equilibrio de oxidación”.

En 2019, otro estudio indicó la incidencia de la contaminación del aire al aumentar el riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer, además de ser un factor de peligro durante los embarazos al influir en los abortos espontáneos.

Riesgo en menores

De acuerdo a la investigación sobre las partículas ultrafinas, la mayoría de los diagnósticos de asma en los niños ocurrieron justo después de los tres años de edad y, en general, el 18% de los bebés desarrollaron asma.

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Los investigadores encontraron que el período de gestación en el que los fetos eran más sensibles a la exposición a la UFP difería entre los fetos masculinos y femeninos, lo que posiblemente sugiere que las UFP estaban interfiriendo en el sistema hormonal.

Scott Weichenthal, otro de los investigadores, sostuvo al medio antes citado que “los gobiernos deben prestar más atención a las UFP [y] las personas deberían tratar de reducir sus exposiciones tanto como sea posible, aunque es más fácil decirlo que hacerlo si vive cerca de fuentes de contaminación”.

Estudio científico
Este artículo se basa en un estudio científico que puede ser sometido a nuevas pruebas para ser validado o descartado. Sus resultados NO deben considerarse concluyentes.