Desde Cancillería esperan que esta nueva ida a La Haya no profundice las diferencias entre ambos países ya que retomar las relaciones bilaterales con Bolivia es un objetivo de este Gobierno.

Ayer viernes se realizó la primera jornada de alegatos ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya por el uso de las aguas del río Silala, proceso judicial que lleva casi seis años tras la demanda presentada el gobierno de la expresidenta Michelle Bachelet en 2016.

En esta primera ronda nuestro país argumentó que el Silala es un cauce internacional que debe ser compartido y que eso se basa en el respeto al derecho internacional.

Eso porque Bolivia asegura que las aguas del cauce provienen originalmente de manantiales de su territorio y que fueron desviados artificialmente hacia la frontera.

Alan Boyle, especialista en derecho internacional de medio ambiente, del mar y recursos hídricos compartidos, sostuvo que Bolivia no cuenta con argumentos sólidos para reclamar soberanía del cauce.

“Simplemente no hay ninguna base jurídica para que Bolivia reclame derechos de soberanía exclusiva en una supuesta parte artificial del Silala”, partió.

“No se trae nada de agua hacia el Silala, todo existe allá, ya está ahí de forma natural, geológica. Como mucho la empresa ferroviaria (The Antofagasta-Bolivia Railway Company), con autorización boliviana, hasta cierto punto, pudo ahber aumentado el flujo”, añadió.

El equipo jurídico chileno estuvo encabezado por Ximena Fuentes, actual subsecretaria de Relaciones Exteriores, quien abrió la primera ronda de alegatos señalando que durante todo un siglo se ha reconocido que el Silala fluye de manera natural hacia nuestro país.

Por su parte, la canciller Antonia Urrejola dijo que espera que este proceso no perjudique aún más las relaciones con Bolivia, ya que retomar las relaciones bilaterales con el país vecino es un objetivo de este Gobierno.

El lunes 4 y el martes 5 de abril será el turno de Bolivia, incluyendo la contrademanda.