La historia de los exmilitares chinos que denunciaron a su jefe por trata de personas en Chile

Cuando cinco hombres de nacionalidad china se presentaron en la oficina del Instituto de Derechos Humanos (INDH) de Los Ríos, llevaban consigo un pendrive y unos papeles. Para ellos, eran las pruebas que habían recolectado durante dos años. Su vía de escape.

Desde el organismo público poco y nada le entendían. El idioma, los sonidos, los gestos. Era inútil saber qué querían. Sin embargo, tenían una noción. Tres días antes, la Dirección del Trabajo se contactó con ellos para alertarles de un posible caso de trata de personas y explotación laboral.

Así que con inteligencia artificial lograron comunicarse. De los cinco hombres, solo los más jóvenes hablaban. Los mayores observaban en silencio. Herméticos. Pero bastaron unas frases básicas traducidas para que el INDH alertara al Ministerio Público y decidiera trasladarlos a un lugar seguro de forma inmediata. Según la jefa regional del INDH Los Lagos, Constanza Montt de la Fuente, los videos entregados en el pendrive mostraban las precarias condiciones en las que vivieron durante dos años: en un galpón, sin luz, con arroz como su único alimento diario. A eso le sumaron que no les pagaron por el trabajo realizado. A juicio del INDH, la dependencia —sobre todo económica— era absoluta.

Por eso, el 21 de agosto interpusieron una querella por delito de trata de personas. Y hoy, la causa se tramita en el Juzgado de Garantía de Valdivia.

Cambios en el contrato

Fue en 2022. Fue en China. Los cinco hombres extranjeros fueron contactados por Zhou Ping, BaiJiamin y Ni Aipei para venir a trabajar a Chile. Todos se conocían desde que sirvieron en el ejército chino y fue esa misma cercanía la que los hizo aceptar el trabajo. El plan era explotar minas de oro y construir viviendas a más de 19 mil kilómetros de su hogar, en la región de Los Ríos, en Chile. Todo a cambio de 25.000 Renminbi. Algo así como 3,2 millones de pesos mensuales. Las empresas encargadas serían la Compañía Minera Sino Transoceánica SpA y Shaanxi Zhishao Contruction Engineering Co Limitada.

La invitación —según la querella interpuesta por el INDH— también incluía los gastos de vivienda y alimentación.

Bajo esos acuerdos, los cinco ciudadanos chinos aterrizaron en Chile entre agosto y octubre de 2023. Todos los trámites de su viaje los realizó quien sería su jefe: Zhou Ping.

Según comenta la jefa regional del INDH Los Lagos, Constanza Montt de la Fuente, los hombres también aceptaron laburar por “un tema de lealtad” entre ellos. Pero apenas llegaron al territorio nacional las reglas del juego cambiaron. De partida, les modificaron el contrato; su sueldo ahora era mucho menor, reza la denuncia.

—[Ellos] hacen esta primera revisión y les explican que para no pagar tanto dinero en seguridad social e impuestos deben hacer esta modificación, pero solo en el papel (…) Le comentan también que todo eso era parte de una estrategia tributaria para no pagar impuestos, pero que no les iba a afectar —expone Constanza en conversación con esta Unidad de Investigación.

Los primeros tres meses las promesas se cumplieron. Pero luego, acusa, empezaron los problemas.

Restricciones en el galpón

Lo primero fue que no les pagaron los sueldos. Luego le restringieron el acceso a servicios básicos y a la comida. La casa donde vivían no era más que un galpón y era parte de la vivienda particular de Zhou Ping.

—En relación con la alimentación manifiestan que esta se basa casi exclusivamente en arroz, fideos y aceite, suministrados por el propio Zhou Ping. Ocasionalmente se les entrega una cantidad reducida de verduras y carne —expone la querella.

En términos simples, aseguran que dicho espacio “se encontraba bajo control del empleador”, lo que limitaba cada uno de sus movimientos.

César Paredes, director regional de la Dirección del Trabajo (DT) de Los Ríos, agrega que tenían un generador eléctrico que podía ser usado solo una vez en la noche.

—Había muy malas condiciones de higiene— describe a este medio.

Lo que recalca la denuncia es que es Zhou Ping, al ser el dueño de la casa, restringía todos sus pasos:

—El espacio se encontraba bajo control directo del empleador, quien mantenía acceso constante a la vivienda y a las personas, limitando sus posibilidades de desplazamiento autónomo. Esto, sin considerar que en ocasiones cuando debían trabajar en faena, dormían en el suelo o en pésimas condiciones de habitabilidad.

“Atrapados” en Chile

Adicionalmente, denuncian que siguieron trabajando durante 19 meses sin recibir pago. Al principio estuvieron explotando minas de oro. Cuando eso se acabó, se trasladaban por Mariquina, La Unión y Río Bueno para como construir casas o limpiarlas.

—Cada vez van agudizándose la condiciones de explotación laboral. Entonces, tenían que trabajar en jornadas muy extensas, de madrugada, con lluvia, sin ningún elemento de protección, sin guantes adecuados —cuenta Constanza.

La directora regional específica un punto: nunca hubo golpes de por medio. Lo que existía era “dependencia económica” y “presión moral y ética” por haber pertenecido al ejército chino.

Según Constanza, los hombres tenían celulares para poder comunicarse con su familia. No obstante, no lo hacían para “no preocuparlos”. También tenían en su poder los pasaportes, pero como estaban sin recursos, no podían viajar.

—Los mantiene “atrapados” en el país. No pueden volver a China por no contar con recursos ni medios de subsistencia autónomos en Chile. No manejan el idioma, están en una situación de aislamiento y dependencia. Por eso siguieron trabajando en estas condiciones, para al menos proveerse de techo y alimentación —revela.

Multas por no pago

Durante todo ese tiempo, los hombres registraron todas esas situaciones con su celular. Hoy, esas imágenes son las pruebas que entregó el INDH para interponer una querella por el delito de trata de personas con fines de trabajo.

En primera instancia los ciudadanos se presentaron en la Dirección del Trabajo de Los Ríos. El organismo fue a revisar al galpón y le cursó tres multas a la empresa.

La primera de ella fue por no darles trabajo. Esa sumó 10 UTM (695 mil). La segunda fue por el no pago de remuneraciones que ascendió al mismo monto. La tercera y última fue por no “exhibir documentación previsional solicitada. Por esa deberán pagar 26,73 Ingreso Mínimo Mensual (IMM).

La Dirección del Trabajo se comunicó inmediatamente con el INDH, pero antes de que pudieran realizar alguna gestión, los hombres tocaron presencialmente su oficina.

Cuando comprendieron lo que les estaban contando, decidieron enviarlos a un lugar seguro. Constanza recuerda que cuando llegaron las policías pensaron que los iban a detener. Tuvo que explicarles que estaban en calidad de víctimas.

—Cuando logramos hacer toda la coordinación con el Ministerio Público, la Unidad de Víctimas y las policías para que estuvieran en un lugar seguro, uno de ellos se quiebra y rompe en llanto. Además, ellos desde su desconocimiento estaban muy preocupados si es que al lugar donde los iban a llevar tenían que pagarlo, porque no tenían cómo hacerlo.

Retorno a China

Con todo esto, el INDH interpuso una querella el 21 de agosto en el Juzgado de Garantía de Valdivia. Acusa a todos los que resulten responsables del delito de trata de personas con fines de explotación laboral.

Hasta ahora, la investigación se sigue de manera desformalizada ante el tribunal valdiviano. En el intertanto, cuentan fuentes cercanas al caso, cuatro de los ciudadanos chinos regresaron a su país.

Uno de ellos, se quedó trabajando en Chile.

Si bien la querella se declaró admisible, hasta ahora la causa no figura con abogados defensores. La empresa tampoco registra información de contacto público en Chile.