La conformación del futuro gabinete de José Antonio Kast enfrenta su primer nudo crítico en el Ministerio de Justicia, una cartera que hoy se tensiona entre la lógica del cuoteo político y la exigencia de rigor técnico. Según quienes conocen el proceso, el presidente electo está plenamente consciente —desde hace años— de la profundidad de la crisis que atraviesa el Poder Judicial.
Mientras las directivas de Renovación Nacional (RN) y la Unión Demócrata Independiente (UDI) ya comenzaron a sondear nombres para asegurar un espacio que consideran propio de su tradición institucional, en el círculo más estrecho del republicano se instala la convicción de que el cargo requiere cercanía, confianza absoluta y, por ende, un blindaje especial.
La presión no es menor. El próximo ministro no solo deberá enfrentar el colapso carcelario y los graves problemas internos en Gendarmería, sino también pilotear un calendario crítico de nombramientos en la Corte Suprema y en distintas instancias judiciales, decisiones que marcarán el tono de la magistratura durante la próxima década.
En concreto, al menos siete ministros del máximo tribunal deberán ser propuestos al Senado por Kast. Por eso, el próximo titular de Justicia necesita conocimiento fino de quién es quién dentro del poder judicial y capacidad para realizar fichajes estratégicos. No se trata solo de elegir a responsables para el Registro Civil o al Servicio Médico Legal, sino de conducir la “División Judicial”, pieza clave en la relación directa con ministros de cortes de apelaciones y de la Suprema.
En este escenario, la disyuntiva es clara: ceder ante el cuoteo de Chile Vamos para asegurar gobernabilidad legislativa, o apostar por un perfil de alto estándar académico y autonomía política capaz de alejar las sombras del lobby y las presiones partidarias en la designación de jueces.
Radio Bío Bío tomó contacto con exministros de Justicia para conocer su mirada frente a esta encrucijada.
¿Técnico o político?
Dentro del Partido Republicano hay una idea clara de cómo debería ser quién asuma en Justicia. La persona debe tener dominio judicial, un perfil técnico y por sobre todo no debe ceder ante las presiones partidarias. Y para esto, debe estar lo más lejos posible del mundo político.
Pero aquellos que son parte de Chile Vamos, piensan diferente. Según fuentes de La Radio, los líderes de los dos grandes partidos (UDI y RN) el gran problema de que una persona sea solo técnica es que tiene una sola formación. En esa formación puede destacar, pero en esta cartera se debe tener un buen manejo político para enfrentar las distintas temáticas como lo es Gendarmería, Ministerio Público, Derechos Humanos, etc.
Parecido es el pensar de Isidro Solis, quién fue ministro en el primer gobierno de Michelle Bachelet. “Los problemas que enfrenta un ministro siempre son problemas políticos y no creo en la capacidad de los técnicos asépticos de poder gobernar problemas políticos”, indicó.
Agregó que “los ministros toman decisiones que son políticas siempre, tiene que tener un contenido técnico pero a nivel de ministro alguien que no tenga formación política lo más probable es que no sea capaz de gobernar soluciones integrales”.
Distintas es la posición de Soledad Alvear, quien lideró la cartera durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle. Para ella no importa si es puramente técnico o esté relacionado a los partidos políticos sino que “goce de prestigio por su conocimiento y pluralismo. Hay tareas muy importantes pendientes (como Gendarmería) y los necesarios para un mejor funcionamiento del proceso penal (reforma al Código Penal y la creación de Jueces de Ejecución de Penas)”.
Nombres que circulan
El ex contralor Ramiro Mendoza es una carta que ha comenzado a sonar en La Moneda chica, si bien es cercano a la UDI para muchos podría ser una mezcla entre el mundo político y lo técnico por su periodo como Contralor General de la República.
Otro sería Jaime Arancibia, abogado y doctor en Derecho, quien participó en el proceso constituyente 2023 como integrante de la Comisión Experta patrocinado por Renovación Nacional. Por lo que si bien es más técnico que político, es conocido su lazo con RN.
También otra carta que suena con fuerza dentro de “la Moneda chica” es Eugenio Campos. Jefe de la unidad anticorrupción de la Fiscalía Nacional, quién ha estado sobre importantes investigaciones como el Caso Audios y es una persona que está lejos de estar cerca o tener algún tipo de lazo con los partidos de la derecha y de la izquierda.
Un nombre político que estaría impulsando la UDI sería la senadora Luz Ebensperger, quien no logró salir electa por la región de Tarapacá, es abogada y tiene años de experiencia en política.