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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El presidente Gabriel Boric deslizó un cuestionamiento al último Informe de Política Monetaria del Banco Central, generando polémica calificada de "artificial" por el Gobierno. Economistas y el Banco advierten sobre los costos adicionales que traerá la reducción de la jornada laboral, señalando que se necesitan incentivos para la contratación y no la destrucción de empleos.

Desde el Gobierno han aludido a que se armó una polémica “artificial”, luego que el presidente Gabriel Boric deslizara un cuestionamiento al último Informe de Política Monetaria (IPoM) que publicó el Banco Central, donde analizó el impacto que han tenido en el mercado laboral las reformas laborales como el alza del sueldo mínimo y la Ley de 40 horas.

En línea con el instituto emisor, economistas han advertido que la próxima reducción obligatoria de la jornada laboral a 42 horas a partir del próximo año, también traerá costos adicionales.

Es por ello que vuelve al centro del debate la puesta en marcha de nuevos proyectos que generen incentivos a la contratación y no a la destrucción de puestos de trabajo formales.

Economistas se alinean con Banco Central

A pesar de la insistencia del Ejecutivo en que ciertos titulares solo “polemizaron” sobre el respeto que se debe tener por la autonomía del Banco Central, finalmente el ministro del Trabajo, Giorgio Boccardo, confirmó que ofrecieron al Banco un diálogo entre técnicos de su cartera y de Hacienda con el objetivo de disipar ciertas “dudas”.

Pese a que en el IPoM de septiembre se señaló que, el alza nominal de 24,5% en el salario mínimo se puede asociar a una caída cercana al 1,5%, hay otras políticas que añadirán costos adicionales a las empresas y por ende a la ocupación.

De acuerdo con los economistas, en abril de 2026 cuando la jornada laboral disminuya obligatoriamente a 42 horas, existiría un aumento en los costos del 4,8%.

Natali Mercado, economista de la UC y CEO de Mercado Explica, dijo que una reforma como esta no da frutos si no va acompañada de mayor productividad.

Hace algunas semanas, Libertad y Desarrollo lanzó un estudio donde señalaban que de aquí a 2033 los costos laborales subirán un 50%. Ingrid Jones, economista del centro de investigación, incluso apuntó a que los impactos podrían ocurrir en menor plazo.

Y Ricardo Ruiz de Viñaspre, director de la Escuela de Ingeniería Comercial de la Universidad Finis Terrae y exdirector de Sence, comentó que es momento de discutir otras políticas que, a la inversa, generen más incentivos. Por ejemplo, que se revise a la baja el impuesto corporativo, porque eso “va a incentivar a las empresas a crecer y a los emprendedores a generar nuevas empresas”.

Al análisis del Central, los expertos han complementado que además de abordar los costos de ciertas reformas como el aumento del salario mínimo, la gradualidad de las 40 horas y la puesta en marcha de la reforma de pensiones; hay otros costos que también han tenido que asumir las empresas y que repercuten en el empleo, como por ejemplo el alza en las cuentas de la energía eléctrica.