Un implante anticonceptivo no hormonal para hombres demostró ser eficiente durante 2 años en ensayos clínicos de fase 1, sin efectos adversos graves. Se llama ADAM y fue desarrollado por la empresa estadounidense Contraline.
Este método consiste en un hidrogel biocompatible que “se implanta en el conducto deferente para bloquear el transporte de espermatozoides”, dice un comunicado de la compañía.
Hasta ahora, ha demostrado su eficacia en dos pacientes del primer ensayo clínico durante 24 meses, mientras que otros participantes del ensayo continúan con una eficacia efectiva a 12, 15, 18 y 21 meses.
Además, no se han registrado efectos adversos graves. “Estos hallazgos confirman que ADAM, nuestro novedoso hidrogel hidrosoluble, puede alcanzar la duración prevista. Mantenemos el optimismo sobre su seguridad, eficacia y reversibilidad”, dice el Dr. Alexander Pastuszak, director médico de Contraline.
¿Cómo funciona el implante anticonceptivo para hombres?
ADAM requiere un procedimiento quirúrgico similar a una vasectomía, pero sin bisturí.
En una vasectomía se cortan y sellan los conductos deferentes que permiten que los espermatozoides pasen de los testículos a la uretra y salgan del cuerpo en el semen.
Con ADAM, por otra parte, si bien se hace una perforación en el escroto, el hidrogel se introduce manualmente con una inyección. Lo que hace es bloquear el paso de los espermatozoides hacia el semen, en lugar de cortar y sellar.
“La forma de pensar en esto es algo así como el DIU (dispositivo intrauterino) para hombres”, dijo a The Guardian, Kevin Eisenfrats, fundador y director ejecutivo de Contraline.

Este método es reversible y el implante es soluble. Tras un periodo de 2 años, los pacientes pueden decidir si recibirán otro.
“Eso es precisamente lo que se busca: un anticonceptivo masculino de dos años de duración, temporal o reversible. Y tenemos los primeros datos que demuestran que es posible”, añadió Eisenfrats.
ADAM todavía no ha sido aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) u otras entidades reguladoras.
El primer ensayo clínico se realizó con 25 voluntarios, reclutados en diferentes momentos, y se espera que a fines de este año comience la fase 2 con entre 30 a 50 participantes, donde la empresa debe comprobar que es seguro.