VER RESUMEN

Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Un estudio de la Universidad de Harvard publicado en Scientific Reports analizó el uso del botón de repetición del despertador, descubriendo que el 56% de las personas lo usa diariamente y un 45% lo hace en al menos el 80% de los días. Curiosamente, quienes duermen más de nueve horas son los que más lo utilizan. El estudio revela que las mujeres y trabajadores por turnos son los que más recurren a esta función, lo que podría indicar problemas de sueño subyacentes. En contraste, aquellos que duermen menos de seis horas son los menos propensos a posponer la alarma. Para quienes trabajan en horarios nocturnos, pulsa el botón de repetición puede indicar un sueño fragmentado de baja calidad. Los expertos advierten que esta práctica puede ser contraproducente, ya que no permite alcanzar fases profundas de sueño reparador, lo que puede aumentar la fatiga durante el día.

Un estudio reciente publicado en la revista Scientific Reports, desarrollado por investigadores de la Universidad de Harvard, analizó más de tres millones de registros de sueño para comprender mejor el uso del botón de repetición del despertador, comúnmente conocido como “snooze”.

Esta función, que permite posponer la alarma por unos minutos adicionales, fue observada con el objetivo de entender con qué frecuencia es utilizada y qué implicaciones podría tener sobre la calidad del descanso.

Posponer el despertador afecta más a mujeres

Los resultados revelaron que el 56% de las personas usa la función de repetición cada mañana, y un 45% de quienes lo hacen, la utilizan en al menos el 80% de los días, lo que indica que se trata de un hábito consolidado.

Sorprendentemente, aquellos que reportaron dormir más de nueve horas por noche -es decir, quienes en teoría tienen un sueño adecuado- fueron los que más recurrieron al botón de pausa, hasta cuatro veces más que quienes dormían menos de nueve horas.

El estudio, además, identificó patrones significativos en ciertos grupos: el uso del botón de repetición fue más común entre mujeres y trabajadores por turnos.

Los expertos se preguntan si este comportamiento podría estar relacionado con trastornos del sueño, como la apnea, o con una falta de sueño reparador. Según los investigadores, recurrir al “snooze” es señal de que la persona no se siente lo suficientemente alerta al despertar y busca, de manera inconsciente, extender el reposo.

En contraste, aquellos que dormían entre cinco y seis horas por noche fueron los que menos usaron esta función. La hipótesis de los autores es que estas personas, al haber dormido poco, suelen tener compromisos urgentes al día siguiente que les obligan a levantarse de inmediato, sin margen para postergar la alarma.

El caso de quienes trabajan en horarios nocturnos

Los registros muestran que el grupo de personas que trabajan en horarios nocturnos, fue el que más utilizó el botón de pausa.

Personas que se acuestan entre las dos y tres de la madrugada y deben levantarse hacia las diez u once de la mañana suelen pulsar el “snooze” en varias ocasiones, lo que sugiere un patrón de sueño fragmentado y de baja calidad.

Los especialistas concluyen que recurrir varias veces al botón de repetición puede ser contraproducente. Aunque se busca ganar minutos adicionales de descanso, estos no son suficientes para alcanzar fases profundas del sueño que realmente restauren el cuerpo.

Lejos de beneficiar, esta práctica puede generar una falsa sensación de descanso y aumentar la fatiga a lo largo del día.

Por ello, los expertos recomiendan prestar atención a este comportamiento. Usar reiteradamente el botón de pausa no necesariamente refleja pereza, sino que puede ser una señal de alerta sobre desajustes en los patrones de sueño.