El ministro de Obras Pública, Alfredo Moreno, se refirió a las medidas adoptadas para evitar el colapso de las autopistas con el retorno masivo tras el fin de semana largo. Asimismo, explicó la pugna de la cartera con la concesionaria del Aeropuerto de Santiago.

En conversación con Expreso Bío Bío, indicó que “vamos a cumplir con el pronostico de un poco más de 400 mil autos que van a salir” de la capital. Esto, porque hasta las 6:00 horas de este lunes, 304 mil vehículo ya han abandonado la región Metropolitana en dirección hacia el norte y sur del país.

Comparó los flujos de los últimos días a los que se registran durante los fines de semana en etapa de verano y que un factor determinado en la salida de capitalinos fue que no hubieran cordones sanitarios sino solo aduanas.

“La vuelta es la que más nos preocupa porque siempre la salida se dispersa, la gente sale una parte el día viernes, otra parte del día sábado, dependiendo de los requisitos de sus trabajos y los compromisos que puedan tener, pero la vuelta en general se hace el último día del feriado, que en este caso es mañana en la tarde y hay mucha concentración”, manifestó.

Por ello, es que se establecieron 3 por 1 en la 68 y 5 Sur, y hay peajes a $1.000 para todas aquellas personas que puedan postergar su viaje para el miércoles en la mañana, entre las 6:00 y 11:00 horas en la ruta 68, 78 y 5 Sur.

Moreno detalló que la Ruta 78 tiene un 20% menos de lo que había previo a la emergencia sanitaria. Han salido 38 mil vehículo de la Autopista del Sol y la ruta 68 ha tenido 81 mil vehículo, que es muy parecido al promedio.

Pugna con el aeropuerto

Respecto al conflicto que existe entre el MOP y la concesionaria del Aeropuerto Nuevo Pudahuel, donde la empresa manifestó su preocupación por una posible quiebra, Moreno destacó que todos los aeropuertos del mundo han sufrido una caída en el tráfico y los de Chile no son la excepción.

“El aeropuerto que es lo que nos interesa, son los servicios, los pasajeros, las líneas aéreas, que todo esté funcionando y eso está plenamente asegurado y la concesionario lo que tiene que hacer es construir un terminal, operar éste y si por alguna razón no lo puede hacer, están todas las normas para ser reemplazado”.

Precisó que “el problema no es cuál es el concesionario sino que el aeropuerto funcione”.

Sin perjuicio de ello, afirmó que están trabajando en conjunto en materias que son de beneficio mutuo y que no le provoquen daños al Estado. “Nosotros tenemos que cuidar los intereses del Estado y los pasajeros”, agregó.

Finalmente explicó que el contrato es el siguiente: “Ellos construyen el aeropuerto, ponen la inversión, construyen del nuevo terminal de más o menos mil millones de dólares y a cambio de eso, la licitación ofrecía quedarse con una parte de los ingresos, ellos ofrecieron el porcentaje más chiquitito y por eso ganaron, se quedaron con el 23% de los ingresos y el resto es del Estado”.

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