La Comisión de Educación de la Cámara de Diputados se reunió para abordar los hechos de violencia que se han registrado durante los últimos días al interior del campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile. En estas situaciones se han visto involucrados grupos de encapuchados que han agredido a dos estudiantes.

El 10 de julio, un grupo de encapuchados atacaron a la estudiante de Trabajo Social de esa casa de estudios, Polette Vega. Y el segundo, el pasado viernes 26 del mismo mes, ocho personas a rostro cubierto agredieron al hijo de la diputada PPD, Cristina Girardi, en el estacionamiento del recinto.

En el desarrollo de la comisión, la diputada Girardi leyó una declaración que fue escrita por su hijo Crescente, en la que da cuenta de los hechos que vivió el día de la agresión.

A través de una carta, el alumno que sufrió dos fracturas y un traumatismo encéfalo craneano, señaló que la agresión tuvo lugar “mientras me dirigía al automóvil en el que andaba ese día, luego de verme obligado a cancelar una clase debido a los incidentes que se estaban produciendo al interior de la universidad que involucró a carabineros y encapuchados”.

El vehículo estaba estacionado dentro de la universidad, sin embargo, cuando iba hacia él se percató de un grupo de encapuchados que iban corriendo hacia el sector mientras se sacaban overoles. “No le di mucha importante a ese asunto y continué mi camino. Una vez dentro del auto quise grabar unas historias modo selfie, pero al final no lo hice y me puse a jugar con el celular mientras esperaba a mi polola (…) Mientras estaba en esto, un tipo flaco de polerón negro, barba y pelo rizado se me acerca y me pregunta en forma muy violenta y amenazante si estaba grabando, a lo que le contesto que no. Es ahí cuando me insulta”, indicó.

Tras esto, confesó que “me enojé y me bajé del auto para encararlo, en rigor, también lo enfrenté y le dije ‘¿por qué no me lo dices aquí en la cara?’. El problema es que no vino solo, sino que se acercó un grupo de al menos siete personas dentro de los que estaban los tipos que vi en un principio sacándose los overoles. Comenzaron a insultarme llamándome cuico, facho y cobarde, porque según ellos me escondía detrás del auto”.

De acuerdo al relato del joven, se paró delante del grupo y les aseguró que no les tenía miedo. “Tres mujeres que eran parte del grupo se me acercan y comienza a empujar (…) Al verme violentado de esta forma y amenazado por una jauría que me insultaba y empujada le quito la mano de encima y le aparto el brazo. Era lo que necesitaba la jauría para venirse encima de mí”. Tras esto, comentó que los hombres comenzaron a golpearlo con sus cinturones.

“Me fracturaron la nariz y me rompieron el labio”

De este modo, el estudiante señaló que se opuso como pudo a la agresión, ya que los golpes le llegaban de todas partes. A esto añadió que “contra siete, incluyendo mujeres, es difícil defenderse porque por protegerme, casi no podía lanzar golpes, me tenían agarrado de la camisa y para zafar de la situación me liberé de ella y un tipo (…) comenzó a gritarme y decirme que cómo se me ocurría enfrentarme solo a tantos”.

Luego de esos golpes, el estudiante notó que algunos estaban golpeando el auto, por lo que intentó protegerlo. “Cuando trataba de empujar a aquellas personas que rompían el auto, alguien me pegó en la espalda con una patada y caí al suelo. Al tratar de reincorporarme me pegaron en la cara, me fracturaron la nariz y me rompieron el labio. Al protegerme la cara con la mano, otra patada me fracturó el pulgar derecho. Como pude me puse de pie mientas me continuaban llegando golpes”, relató.

Sin embargo, al rato llegó su polola que intentó terminar con la golpiza, pero igual fue agredida por el grupo. “Casi inconsciente me acerco a ayudarle y los tipos comienzan a retirarse al ver que llegaba más gente a defenderme”, recordó el joven.

Una vez que los sujetos se fueron, el estudiante cayó al suelo vomitando y su polola y amigos lo llevaron a la urgencia.

En la carta, el joven además aseguró que quienes lo agredieron corresponden a “gente clasista a más no poder y eso me irrita, que crean que tienen derecho a agredirme porque soy cuico. Yo no tengo por qué tolerarlo y menos en el lugar donde estudio. Si las cosas fuera al revés sería igual de indignante. Esta gente está consumida por el resentimiento y el odio a punto que ponen en peligro a la comunidad completa”.

“No debí contestar a sus insultos, pero en ese momento sentí mucha rabia. Nunca había vivido algo así y menos me lo esperaba en el lugar donde estudio. Espero que esto marque un antes y un después en el lugar que forma gente que el día de mañana manejará el mundo”, añadió.

La familia del joven explicó que presentarán una querella contra quienes resulten responsables por las graves lesiones que sufrió el joven. De manera paralela, la Universidad de Chile inició una investigación interna para que indague estos hechos y envió los antecedentes al Ministerio Público.