En octubre de 2018 Raúl Schüler fue sorprendido con cerca de 20 piezas de interés histórico de diversos sitios públicos en su fundo en San Francisco de Mostazal, en la región de O’Higgins, las que habían sido reportadas como robadas. Ahora, luego de conversaciones con la Fiscalía, habría acordado pagar decenas de millones de pesos para reparar el daño y no ir a la cárcel.

Luego de un supuesto acuerdo con el Ministerio Público para cerrar el caso, el juez Rubén Donoso acogió la solicitud para realizar una audiencia de reformalización y acuerdo reparatorio, la que quedó calendarizada para el próximo 2 de marzo según informó Diario Financiero.

Se trataría del pago de $50 millones de pesos para reparar el mal causado y $12,4 millones aproximadamente correspondientes a tres multas, además de la devolución de piezas históricas.

El empresario arriesgaba una pena de más de cuatro años luego de ser imputado por los delitos de receptación, además de haber infringido la ley de monumentos nacionales y la norma sobre control de armas.

En el fundo de Schüler se encontraron varias piezas históricas, entre ellas la escultura “La República” y “Polimnia”, la primera desaparecida desde 2003. Además también se encontraron tejidos y cerámicas precolombinas.

A la izquierda, La República de Plaza Rubén Darío. A la derecha, Polimnia de Cerro Santa Lucía | Agencia UNO - Municipalidad de Santiago
A la izquierda, La República de Plaza Rubén Darío. A la derecha, Polimnia de Cerro Santa Lucía | Agencia UNO – Municipalidad de Santiago

Gracias al presunto acuerdo el empresario podrá cumplir su pena en libertad vigilada. Para llegar al supuesto arreglo habría sido clave el análisis del Ministerio Público que determinó la imposibilidad de imputar objetivamente a Schüler los daños que presentaban otras obras, además de la escultura de “La República”.

Sobre dos candelabros y dos cofres de plata que pertenecían al Museo San Francisco, se determinó que las cuatro piezas no tenían la calidad de monumento.

Archivo | Agencia UNO
Archivo | Agencia UNO

El empresario argumentó en su defensa que las primeras piezas fueron compradas entre 1984 o 1985 en remates y luego conoció a anticuarios que le vendían otras piezas. En la misma línea, entregó los nombres de 15 vendedores, que habrían sido los que le proporcionaban los objetos.

En su testimonio, señaló: “He gastado una brutalidad de dinero comprando todas estas cosas. Tenía un proyecto de vida y una de mis maneras de sentirme realizado era dejar todo esto como herencia, encuentro que en este país destruyen todo, no hay memoria de nada. Yo quería conservar este patrimonio arquitectónico rural para el país”.

Actualización

Sobre el caso, Cooperativa rectificó la información, señalando que, si bien hubo conversaciones con la defensa, no se llegó a ningún acuerdo debido a la oposición de los querellantes.

“Existió una oposición de querellantes en esta causa, razón por la cual al día de hoy simplemente cabe señalar que no hay acuerdo alguno”, dijo Jorge Escobar, fiscal del caso, al medio.