Mediante un discurso, el general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, fue parte del servicio fúnebre del sargento primero Francisco Benavides en Quillón, comuna de la región de Ñuble.
“Estamos dolidos…Hemos perdido a uno de los nuestros, hay una familia que ha perdido a Francisco, hijo, padre y esposo. El país ha perdido a uno de sus carabineros, a un hombre de orden y patria”, comenzó.
Yáñez relató parte del historial de servicio de Benavides, quien desde los 19 años se unió a la institución en Concepción, para luego trasladarse a Santiago, en donde conoció a su esposa, con quien tuvo tres hijos. Hace cuatro años vivían en Quillón, desde donde el uniformado viajaba cada día para trabajar en la Comisaría de Control del Orden Público Pailahueque en La Araucanía, en donde murió luego de ser abatido tras un despeje de ruta.
Durante el funeral, el padre del sargento fallecido se descompensó, por lo que tuvo que ser atendido.
“La emboscada que nos quitó a este camarada es un ataque al alma del país. Porque los carabineros somos parte de Chile, somos Chile”, sostuvo, agregando que “fue un ataque artero…una emboscada, y que quien embosca es un cobarde”.
Adicionalmente señaló que “ningún derecho social, ninguna demanda y ninguna bandera, justifica arrancar la vida a otros”. Respecto a esto dijo que “existe un doble estándar respecto del valor de la vida, cómo es posible… Pareciera ser que vale menos la vida de un carabinero que de otra persona”.
En la instancia el general enfatizó y llamó “a todos los actores sociales a condenar la violencia en forma enérgica, categórica y pública. Porque aquél que no lo hace, es cómplice”.
Además emplazó a la justicia, afirmando que “necesitamos que todos los actores del sistema de persecución penal trabajen de manera activa y decidida para que los asesinos del sargento Francisco Benavides, de otros mártires y víctimas civiles, paguen ante la justicia por estos crímenes”.
Finalmente recalcó que como institución se encuentran “dolidos, pero no vencidos” y entregó nuevamente sus condolencias a la familia de Benavides.
“Siempre viven los que por la patria mueren”, culminó.
