Rusia y Bielorrusia justificaron este martes unos ejercicios "improvisados" de preparación al combate en las fronteras de la Unión Europea y de Ucrania, a raíz de las tensiones con Occidente, en tanto los esfuerzos diplomáticos por una desescalada parecen estancarse.

La llegada de un número indeterminado de soldados rusos a Bielorrusia se produce poco antes de que Rusia y Estados Unidos se pronuncien sobre si desean continuar con los diálogos iniciados la semana pasada.

Este martes, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, declaró tras una reunión con su homóloga alemana, Annalena Baerbock, que Moscú “está ahora esperando respuestas” a sus propuestas “para continuar las negociaciones”.

Rusia, que concentró a decenas de miles de tropas en la frontera con Ucrania, niega tener ninguna pretensión belicosa. Además, se declaró, al contrario, amenazada por el refuerzo de la OTAN en la región.

“Los próximos ejercicios de preparación y de combate se realizan debido a la agravación de la situación político-militar en el mundo. Hay tensiones en Europa, sobre todo en las fronteras oeste y sur de Bielorrusia”, dijo el Ministerio de Defensa bielorruso.

Se trata de unas maniobras “improvisadas”, explicó.

Bielorrusia limita con Polonia, Lituania y Letonia, miembros de la OTAN y adversarios de Rusia, como también lo es Ucrania.

Estos ejercicios se llevan a cabo en dos etapas. La primera, de aquí al 9 de febrero, incluye el despliegue de tropas rusas y bielorrusas hacia “zonas amenazadas”, la protección de las infraestructuras estatales y militares, y la preservación del espacio aéreo.

Maniobras militares "improvisadas" de Rusia y Bielorrusia en plena crisis con Ucrania
Ministerio de Defensa de Bielorrusia | RFI

Y, del 10 al 20 de febrero, se realizarán en varias bases militares en Bielorrusia las maniobras propiamente dichas, llamadas “Determinación de la unión 2022”, en referencia a la alianza ruso-bielorrusa.

“Agresión externa”

El viceministro ruso de Defensa, Alexander Fomin, informó a 98 agregados militares extranjeros radicados en Moscú que esas maniobras se iban a celebrar. Esto, con el fin de “repeler una agresión externa”, según reportaron las agencias rusas.

Fomin explicó que para los ejercicios se desplegarán dos sistemas tierra-aire S-400 y 12 cazas Su-35.

El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, había anunciado esas maniobras la víspera, sin precisar fechas, y acusó a Polonia, Ucrania y la OTAN de desplegar a sus tropas en sus fronteras.

Ministerio de Defensa de Bielorrusia | RFI

Otro responsable bielorruso también había afirmado que los primeros militares rusos habían llegado al país para preparar los ejercicios.

No se precisó cuántos militares rusos ni bielorrusos participarán en el operativo. Desde el lunes, circulan videos por las redes sociales en los que se ven trenes cargados de equipos militares y tanques blindados.

Bielorrusia divulgó imágenes de un tren cargado de vehículos del ejército y de un militar recibiendo a los soldados con pan y sal. Los vagones plataformas llevaban nombres de ciudades rusas.

Peticiones inaceptables desde Rusia y Bielorrusia

En respuesta a una revolución prooccidental en Ucrania, Rusia se anexionó en 2014 la península ucraniana de Crimea y es en gran parte considerada un apoyo militar de los separatistas prorrusos del este de Ucrania, escenario de una guerra desde hace ocho años

Rusia se considera víctima de las ambiciones de la OTAN en Europa del este, y condiciona la desescalada a que los occidentales firmen tratados para prohibir cualquier ampliación futura de la OTAN, sobre todo la adhesión de Ucrania y de Georgia.

Además, Moscú reclama que los estadounidenses y sus aliados renuncien a realizar maniobras y despliegues militares en Europa del Este, y señala que todas estas exigencias no son negociables.

Unas reivindicaciones que los occidentales tacharon de inaceptables, si bien se dijeron dispuestos a proseguir con las negociaciones con Rusia para evitar un conflicto armado de consecuencias imprevisibles.

Entretanto, el Reino Unido anunció el envío de armamento, como misiles antitanques, a Ucrania, mientras que Kiev se quejaba precisamente de que los países occidentales no parecían darse prisa en reforzar su ayuda militar al país.