Los gobiernos europeos mantienen viva la esperanza de convencer al presidente ruso Vladimir Putin de abandonar sus planes sobre Ucrania, pero comenzaron a preparar respuestas a Moscú.

Los ministros europeos de Relaciones Exteriores advirtieron este viernes con una respuesta robusta a Rusia, ante sospechas de que el reciente ataque cibernético contra Ucrania pueda ser el prólogo de una acción militar.

El escenario es “más grave que cualquier cosa que hayamos visto en los últimos años”, dijo a la prensa el ministro austríaco de Relaciones Exteriores, Alexander Schallenberg.

“Tenemos la voluntad de disuadir a Rusia, y una convergencia de análisis, una determinación colectiva de actuar, y el deseo de hacer oír a la Unión Europea” (UE), dijo el ministro francés Jean-Yves Le Drian, durante una reunión informal de cancilleres de la UE en Brest.

Por su parte, un ministro europeo dijo que “las sanciones están sobre la mesa. La convicción es que el riesgo de una intervención rusa en Ucrania es real y debemos estar preparados para reaccionar”.

“No debemos tardar semanas en llegar a un acuerdo, como ocurrió con la anexión de Crimea en 2014″, añadió esa fuente.

Ese funcionario agregó que se planea una discusión adicional en la reunión formal de ministros prevista para el 24 de enero en Bruselas.

UE en auxilio de Ucrania ante Rusia

Rusia ha concentrado cerca de 100.000 tropas, además de tanques, drones y artillería en las fronteras con Ucrania, pero aunque el gobierno en Moscú niega pretender llevar a cabo una intervención militar, hasta ahora no logra convencer a los países europeos.

“Putin es un jugador de ajedrez”, señaló un dirigente europeo. “Es impredecible, pero [sabe que] ahora es el momento adecuado para actuar, porque si espera, Ucrania será más fuerte”.

Ucrania sufrió el viernes un gran ataque cibernético contra sitios web gubernamentales, un episodio que reforzó las preocupaciones de los europeos.

La canciller de Suecia, Ann Linde, dijo que “este es exactamente el tipo de cosas sobre las que habíamos advertido, y lo que temíamos”.

Este mismo viernes, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, dijo que la UE movilizaba “todos sus recursos” para auxiliar a Ucrania ante este ataque.

Sin embargo, los europeos mantienen viva la esperanza de una vía al diálogo y la diplomacia.

La ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, viajará a Moscú la próxima semana para mantener conversaciones “a todos los niveles”.

“La diplomacia, especialmente en tiempos de crisis, se caracteriza por una gran perseverancia, gran paciencia y nervios fuertes”, comentó.

Búsqueda de unidad

En tanto, el gobierno ruso no parece muy entusiasmado con la idea de mantener conversaciones.

“No veo ninguna razón para venir a la mesa [de negociaciones] en los próximos días, para reunirnos nuevamente y comenzar las mismas discusiones nuevamente”, dijo el vicecanciller Sergéi Riabkov.

El alto funcionario se refería a las profundas diferencias observadas durante las conversaciones que mantuvo en Ginebra con una enviada estadounidense, y durante una reunión del Consejo OTAN-Rusia en Bruselas.

Rusia exige que la OTAN se comprometa de forma legal y vinculante a no sumar a Ucrania y Georgia, cuyas candidaturas han sido aceptadas por la alianza militar.

Además, exige que la OTAN retire su personal militar de los países que desde entonces se han convertido en miembros de esa alianza desde el colapso de la Unión Soviética.

En ese escenario, los europeos quieren evitar lo que llaman un “nuevo acuerdo de Yalta”, o un entendimiento entre Moscú y Washington sobre la seguridad europea.

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Así, la credibilidad europea está en juego.

Dependientes del gas ruso y de sus relaciones económicas con Rusia, los países europeos han sido reacios a seguir ciegamente a Estados Unidos en la confrontación con Moscú.

En la reunión de Brest, funcionarios europeos elogiaron la coordinación “absolutamente perfecta” con Estados Unidos.

Por ello, la presión estadounidense por sanciones generalizadas, divide a la UE.

“La credibilidad de los europeos depende de su capacidad para adoptar fuertes sanciones”, admitió el ministro.

“Lo que importa es la disuasión, es ser creíble sobre lo que se decidiría si Rusia se involucra en una nueva intervención en Ucrania” apuntó.