Este 2018, 36 chilenos han sido detenidos en Inglaterra por su vinculación con robos en casas de condados del sur de Inglaterra, casi todos lujosos domicilios, cuyos residentes no se encontraban al interior a la hora de atraco.

En éstas, generalmente emplazadas al lado de parques o clubs de golf, los maleantes procuran joyas, relojes y ropa de diseñador. Uno de los ilícitos liderados por connacionales fue avaluado en 400.000 libras, es decir, casi 340 millones de pesos.

“Estamos viendo que los ladrones hacen uso de muebles de jardín y mesas o escaleras inestables para entrar al primer piso. Entendieron que muchas personas sólo ponen alarmas en la planta baja”, dijo el inspector del Comando de Crimen Organizado de Scotland Yard, Tim Court, al diario The Times.

Pese a que los recientes arrestos “dañaron” el actuar del grupo, los cuales se concretaron a través de tecnología de reconocimiento automático de placas patentes, el funcionario aconsejó a los británicos en las zonas ya mencionadas a aumentar la seguridad en sus casas.

Su modus operandi se transformó en su distintivo, lo que ayudó a la policía metropolitana para vincular a la organización con cientos de delitos similares.

El medio llevó su reportaje en portada este lunes, investigación en la cual revelaron que en los últimos dos años han sido 75 los chilenos capturados por las autoridades tras robos en los suburbios de Hertfordshire, Surrey, Kent, suroeste de Londres y el valle del Támesis.

Según reveló la policía local a The Times, “los ladrones se reúnen con un contacto, el que se piensa está ubicado en el sur de Londres, quien se queda con sus pertenencias y cualquier tipo de identificación antes de darles un auto, un celular sin uso y enviarlos a hogares que se sabe están solos a ciertas horas”.

“Sabemos que logran salir del aeropuerto y llegar al sur de Londres. Allí hay algún tipo de contacto que hace que las cosas funcionen. Que tanto se quedan depende de si los atrapan”, agregó Court.

“Nos dimos cuenta que el problema no sólo era Londres y Surrey y que los autos fueron entregados a grupos de personas bastante rápidos (…). Iban a un área, la que vería un alza en los robos, operativos eran implementados por todos lados para atrapar a un par de personas y tan pronto como eso sucediera, o la actividad policial cambiaba, el grupo se iba”.

¿Pero, cómo llegan éstos a tierras británicas? Este “turismo del robo” estaría impulsado por la facilidad con la que cualquier chileno puede ingresar al Reino Unido por tres meses sin la necesidad de requerir una visa.

Lo anterior, además, sumado a la falta de revisiones antes de entrar a territorio británico por agentes de seguridad.

Pero dentro de todos sus peritajes y detenciones, una de las cosas que más les llamó la atención es que -en ciertas ocasiones- algunos arrancaron cajas fuertes desde las paredes. En otras, muchos de éstos enviaron por encomienda las especies robadas para que fueran vendidas en Chile a través de internet.

Historial

No es la primera vez que chilenos en el Reino Unido concitan la atención pública por este tipo de conductas.

En 2015, la policía de Londres calificó a los ladrones chilenos como los delincuentes más hábiles que deben enfrentar.

En julio de 2017, en tanto, un chileno de 20 años en ese entonces fue arrestado mientras robaba una casa en Oxshott, condado de Surrey, tras llevar sólo una semana en la isla. El sujeto, identificado como Franco, se llevó una reprimenda por parte de un juez, quien declaró esperar que fuera deportado lo antes posible.

En julio de este año, BioBioChile tomó contacto con Interpol Chile para entender la actual realidad del lanza internacional.

Según detalló el jefe de la unidad, subprefecto Ricardo Quiroz, el perfil ha cambiado con el tiempo.

“De un tiempo a esta parte, hemos observado que los chilenos que están siendo detenidos en el extranjero participan en delitos violentos afuera, utilizando los mismos métodos que usan acá, como por ejemplo la saturación por gas de cajeros automáticos, o el robo con intimidación en joyería, o el asalto a inmuebles”, dijo.

“Son más jóvenes y más violentos, efectivamente (…). Hasta ahora no se han mezclado con otros delitos, como el tráfico de drogas”.