La expresidenta de Argentina, Cristina Fernández, se presentó este lunes en la sede la justicia en Comodoro Py, para declarar ante el juez Claudio Bonadio, que investiga el pago de millonarios sobornos durante el kirchnerismo (2003-2015), en el caso conocido como “cuadernos de las coimas”.

Fernández sólo presentó un escrito y no respondió las preguntas de Bonadio. En el documento negó todos los cargos que se le imputan, especialmente el que la apunta como la líder de una asociación ilícita, consigna diario La Nación de Argentina.

Junto con evitar responder las preguntas de Bonadio, la expresidenta también solicitó la nulidad del caso.

“A partir de la asunción del ingeniero Mauricio Macri como presidente he sido sometida a una múltiple persecución judicial, sólo comparable a aquella que se llevó a cabo en tiempos en que se encontraba suspendida la vigencia de la Constitución Nacional”, señaló Fernández en el texto que entregó ante los tribunales.

“A diferencia de las últimas dictaduras que asolaron la región en la segunda parte del siglo XX y que se manifestaban eliminando físicamente a sus adversarios, en un novedoso y aceitado engranaje mediático-judicial se recurre ahora a la estigmatización, al juzgamiento de los medios y a la confirmación en sede judicial con un resultado: la eliminación política”, dijo también en su escrito.

Bonadio está a la espera de una decisión del Senado para allanar sus domicilios.

El nombre de Fernández aparece mencionado en al menos tres “cuadernos de las coimas”, tanto como testigo -cuando su esposo Néstor Kirchner era presidente- en la residencia presidencial o en su departamento privado en Buenos Aires, como receptora final cuando ya era jefa de Estado.

Los cuadernos fueron escritos por Oscar Centeno, quien durante más de 10 años fue chofer de Roberto Baratta, viceministro de Planificación durante el kirchnernismo.

Los textos detallan con meticulosidad montos, recorridos y puntos de recogida y de entrega de maletines con dólares en efectivo, para el pago de sobornos por parte de empresarios a las más altas autoridades de Argentina durante los gobiernos ‘K’ para la adjudicación de licitaciones y proyectos públicos.

Desde principios de mes el caso mantiene en vilo a la opinión pública argentina, confrontada como nunca en su historia reciente a lo que se presenta como las pruebas materiales contundentes de un sistema de corrupción dirigido desde las más altas esferas y del que participaban grandes empresarios del país.