“Tenemos una gran yaya: los servicios en Chile no pagan IVA y eso es muy raro, porque en todo el mundo lo pagan”. Ésta fue la crítica que hizo el exministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, al actual sistema.

Sus palabras, emitidas en conversación con Radio Duna, son parte de un nuevo episodio en torno al sistema tributario, marcadas también por la modernización anunciada por el Gobierno, que buscará cobrar impuestos a la economía digital, en particular a aplicaciones como Uber, Cabify, Netflix y AliExpress.

Entradas a espectáculos artísticos, culturales y deportivos, viajes en tren, bus, barco y avión, juegos de azar y la educación son algunos de los servicios que gozan de exención tributaria, así como las exportaciones (a fin de eliminar la doble tributación internacional).

José Yáñez, profesor del Departamento de Control de Gestión de la Universidad de Chile, explica que las exenciones deben ser revisadas cada cierto tiempo para verificar si aún persisten los motivos por los que fueron aplicadas en su momento.

El motivo detrás de estas exenciones, según explicó Silvana Tejos, socia de Consultaría Tributaria de EY Chile a La Segunda, es el de “desafectar ciertas actividades de carácter esencial para la población y fomentar el desarrollo de determinadas actividades”.

Para eventos culturales, en tanto, pueden acceder a la exención tributaria si cuentan con el auspicio del Ministerio de las Culturas y las Artes, para lo que deben cumplir con tener “calidad artística y cultural”.

Asimismo, los servicios profesionales de médicos, abogados e ingenieros que tampoco pagan IVA.

Sin embargo, se cuestiona la pertinencia de las exenciones en varias de estas industrias.

En el caso del transporte, acota el académico de la Usach, Germán Pinto, es “para no encarecerlo más”. “Imagina que el precio del Transantiago se incrementara por el IVA”.

Sin embargo, entra en duda su pertinencia cuando las exenciones benefician a sectores de mayores ingresos y a grandes empresas de transportes.

Misma situación que aplica a los eventos deportivos y culturales, cuando beneficia a grandes clubes y a las productoras de eventos.

¿Subsidios estatales?

Yáñez cuestiona las exenciones, en el sentido de que la ausencia del IVA puede ser considerado un subsidio estatal a sectores de mayores ingresos.

Ejemplo de ésto serían las entradas prémium a espectáculos de artistas, las que han subido hasta un 84% desde 2011 según el medio.

Sin embargo, según Claudio Bustos, abogado socio de Bustos Tax & Legal, “los gobiernos le tienen pavor a modificar el IVA, porque se considera regresivo. Es decir, que afecta más a las personas con menos recursos”.

Cuestiona que “se analizan poco otras opciones, pues es distinto focalizar la aplicación de IVA en ámbitos menos regresivos que aumentarán la recaudación”.

La sugerencia final de Yáñez, en este sentido, es eliminar las exenciones y aplicar subsidios directos, lo que sería más eficiente por permitir “conocer el monto entregado, a quien se le otorga y por cuanto tiempo se quiere entregar”.