En medio de la pandemia, desde un principio se han podido ver diversas medidas que buscan evitar el contacto social, como líneas demarcadas, tomar distancia voluntaria y minimizar la circulación de personas que se atienden en un recinto, sin embargo, hoy llaman especial atención las medidas de los municipios de Arica y Rancagua.

Uno de los primeros municipios en implementar medidas fue el de Cañete, que comenzó a demarcar con líneas los lugares de más alta concurrencia con el motivo de que las personas mantuvieran la distancia. Los primeros lugares beneficiados fueron supermercados, bancos y farmacias.

Con el pasar de las semanas, a nivel nacional han sido varios los comercios que han imitado medidas similares en diferentes puntos del país, ya sea en comercios o servicios donde existe alta concurrencia.

Sin embargo, en medio de las resoluciones adoptadas hay algunas que sobresalen del resto por la eficacia con la que logran cumplir su propósito.

En ese sentido, los casos de Rancagua y Arica llaman la atención por la fácil implementación de las medidas que han adoptado y el alto impacto que provocan dentro de las comunidades.

En el caso de Rancagua, implementaron un ensanchamiento de las aceras hacia la calle y luego aplicaron demarcación de círculos con cierta distancia. Sorprendentemente las personas en la ciudad comenzaron inmediatamente a darles uso y la medida evolucionó desde un plan piloto a diferentes reparticiones de la municipalidad, como también a otros sectores.

“Más de 3 mil círculos”

En conversación con BioBioChile, el alcalde de Rancagua, Eduardo Soto, comentó que nació como una idea y se comenzó a trabajar “con el equipo del área de proyectos del municipio durante las últimas semanas del mes de marzo y la primera semana del mes de abril, a propósito de que veíamos que habían algunos que ponían líneas horizontales, no había un entendimiento de la importancia del distanciamiento físico”.

Según contó, primero realizaron un piloto en un ServiEstado, uno de los lugares de mayor afluencia en el sector centro-poniente de la ciudad. En ese lugar las veredas eran muy angostas, por lo que quitaron una pista de circulación a los vehículos.

“Fue tal el resultado que espontáneamente la gente empezó a usarlos, a respetarlo, que lo fuimos replicando después en edificios municipales, en diferentes oficinas públicas y en el paseo independencia”, sostuvo.

En esa línea, señaló que hoy deben existir “más de 3.000 círculos en los lugares de mayor afluencia y la gente los está usando, tanto es así que después le compartí la idea al alcalde de Estación Central, Rodrigo Delgado, una foto con la idea. Él lo implementó rápidamente y creo que ha sido una medida que ha servido”.

“No es solamente por estos meses, vamos a tener que vivir en una nueva realidad los próximos meses y años y vamos a tener que mantener este distanciamiento físico como una cosa casi de la habitualidad”, explicó.

Consultado sobre cómo se financió el proyecto, Soto detalló que se realizó a través de recursos municipales: “No es de alto costo, pero sí era muy importante y lo vamos a seguir multiplicando. Hoy son muchos los servicios públicos que nos están solicitando. Algunos comercios privados también han imitado la medida y la están utilizando en sus locales”.

Por otra parte, sobre la disposición de asesorar a otros municipios y entidades en relación a la medida, el alcalde señaló que están dispuestos: “La verdad es que es muy simple y muy sencillo”.

“Lo que nosotros estamos haciendo es la separación de un metro y medio entre un círculo y otro y cuando son más de dos líneas, más también a las líneas laterales, también una separación superior a un metro”, detalló.

“La verdad es que ha sido muy exitoso. La gente lo ha entendido que es por seguridad de ellos y creo que más exitoso aún (ha sido) cerrar algunas pistas de circulación de vehículos, separados con hitos de tránsito y estamos compartiendo media calle o media pista con estos distanciamientos físicos y la otra para el paso de circulación vehicular”.

Arica se la juega

Otro caso similar es el de la comuna de Arica, donde el municipio comenzó durante el fin de semana con un ensanchamiento de aceras y demarcación de espacios, priorizando el tránsito de las personas.

Municipalidad de Arica
Municipalidad de Arica

El alcalde de la comuna, Gerardo Espíndola, contó a BioBioChile que “esto surge primero de una reunión que sostuvimos con todos los arquitectos de la municipalidad para pensar la ciudad después de la pandemia y durante la pandemia. Uno de los elementos que detectamos y que son super importantes destacar, es que el principal elemento que pone en riesgo la población es la aglomeración de gente, la concentración de gente o la densidad de gente”.

“¿Cómo podríamos revertir eso especialmente en una ciudad como la nuestra que la gente se concentra en el centro?: (…) Evitando que la gente se aglomerara, evitando que la gente se agrupe, se toque, entonces dijimos, ‘ampliemos las aceras"”, detalló.

Espíndola explicó que en relación a dicha necesidad han tomado una serie de medidas, “como por ejemplo la reducción de la velocidad en algunas calles: solamente se puede ir a 30 km/h. Lo otro es el ampliar las aceras y eso lo trabajamos en conjunto con la dirección de tránsito de la municipalidad y nuestra oficina de movilidad urbana del municipio”.

Sobre el financiamiento del proyecto, el alcalde contó que “son recursos municipales, recursos que ya estaban destinados para el tema de señalética. Son recursos que estamos reinvirtiendo, no son recursos nuevos, porque estamos golpeados también económicamente”.

Municipalidad de Arica
Municipalidad de Arica

“Nosotros también creemos que es un agente importante, queremos repetirla, que se repita en otras municipalidades este modo de ampliar las aceras, que anden menos vehículos finalmente también en la calle y que la gente pueda transitar de manera libre”, sostuvo.

Consultado sobre si están dispuestos asesoras a otros municipios, el alcalde mostró su total disposición señalando que tienen un programa donde desarrollan urbanismo táctico: “Acá no es una inversión de construir más vereda, sino que simplemente se pinta la calle. Son acciones de poca inversión pero de alto impacto en la comunidad”.

“Basta con que tu hoy mires en la calle y la gente ya está caminando por estas aceras que son más gruesas, que corresponden a una acción sanitaria pero que van de la mano con la planificación de la ciudad, sobretodo para enfrentar emergencias como la que estamos viviendo hoy”, indicó.