Los funcionarios del nuevo Hospital Regional de Rancagua, que fue inaugurado este lunes, denuncian que no cuentan con los insumos necesarios para cumplir sus labores, por lo que comenzaron un paro indefinido.

Pese a las acusaciones, el director del Servicio de Salud de O’Higgins, Fernando Troncoso, señaló que se compró un sobre stock y que los funcionarios deben esperar a que el proceso de acostumbramiento ante una gestión distinta, siga su curso.

“En ese hospital se hacen cientos de atenciones por día, probablemente en un edificio que está en marcha blanca, en algunos momentos haya podido existir problemas de abastecimiento porque los problemas de gestión de insumos son distintos a los de antes. Nosotros a propósito del proceso de traslado, compramos un sobrestock para evitar que faltaran”, explicó Troncoso.

El vicepresidente de la Federación Nacional de Trabajadores de la Salud, Jorge Faúndez, detalló la situación a El Mercurio, declarando que “las primeras atenciones de urgencia, de accidentes pequeños obviamente, las tuvimos que hacer con toalla nova porque no habían apósitos ni material estéril“.

Los trabajadores sostienen que el nuevo recinto, que cuenta con seis pisos, 90 mil metros cuadrados de edificación y cuya inversión significó $74 mil millones, no cuenta con insumos y que la infraestructura contempla graves deficiencias.

Faúndez aseguró que el centro asistencial no cuenta con guantes, jeringas, sueros, ni medicamentos. Ante lo cual acusó que la “la directora nos dijo que no debíamos traer nada de eso del otro hospital porque acá estaba todo. Sin embargo llegamos y nos encontramos con la sorpresa”.

Además, detalló la impactante situación a la que se vieron expuestos cuando se iba a desarrollar el primer parto del Hospital. Los profesionales se dispusieron a preparar el material para recibir a la nueva vida, pero “no tenían nada”, aseguró el funcionario, quien además contó que el mismo doctor que asistiría el parto tuvo que ir en su auto particular a buscar insumos al hospital antiguo.

Tras los antecedentes, los trabajadores dispusieron la paralización indefinida de las actividades, ya que además de la falta de materiales, se suman la situación de la construcción.

“En el servicio de alimentación, donde se prepara la producción de alimentos para los pacientes, hay filtraciones de un baño por lo que caen aguas servidas. En el servicio de leche dietético (Sedile), donde se prepara la leche especial para los niños, hay dos cámaras y de una de ellas sale un hedor insoportable y en la otra hay filtraciones“, explicó.

Con la suma de antecedentes, los trabajadores exigen la destitución de la directora del Hospital, Sonia Correa, ya que aseguraron que “nos dijo que el hospital se va a normalizar entre ocho y 12 meses, pero mientras tanto no tenemos ninguna solución”, finalizó.