La aerolínea española Spanair, que el viernes anunció repentinamente el fin de su actividad, presentó el lunes una petición de suspensión de pagos por un pasivo de más de 300 millones de euros, informó un tribunal de Barcelona.

“El juzgado mercantil 10 de Barcelona será el encargado de tramitar el concurso voluntario de Spanair presentado esta mañana (lunes)”, informó el tribunal en un comunicado.

“La empresa ha presentado un pasivo de más de 300 milliones de euros” (unos 393 millones de dólares), agregó.

Spanair prevé asimismo un plan de regulación de empleo que afectará a la “totalidad o parte” de sus 2.400 empelados, informó una fuente sindical a la AFP. En total, 4.000 personas trabajan para la aerolínea contando los empleos indirectos.

Según un portavoz de la compañía, el cese abrupto de su actividad afectó al menos a 37.000 pasajeros desde el sábado.

En grandes apuros financieros, la aerolínea había anunciado el viernes el cese de su actividad y la suspensión de los vuelos, después de que el gobierno regional de Cataluña, uno de sus accionistas, anunciara que en función de “la crisis actual” y los límites fijados por la Unión Europea, se veía en la imposibilidad de inyectarle más capital.

Spanair había estado negociando sin éxito con la aerolínea Qatar Airways en vistas de una eventual alianza financiera.

Fundada en 1986, Spanair operaba sobre todo vuelos domésticos en España. Antigua filial de la escandinava SAS, a comienzos de 2009 pasó bajo control de accionistas españoles, entre ellos organismos públicos de la región de Cataluña.

SAS anunció el viernes que la quiebra de Spanair afectará a sus propios resultados a razón de 191 millones de euros (unos 252 millones de dólares).

La compañía se vio afectada en agosto de 2008 por el accidente de uno de sus aviones en el aeropuerto de Madrid-Barajas, que se estrelló al despegar, dejando un balance de 154 muertos.

Ese año se vio obligada a un plan de reestructuración que se tradujo en el despido de 1.100 de sus 4.000 empleados.