La selección femenina de hockey sobre césped, Las Leonas, y el trabuco que Cuba envió con la intención de recoger el oro del béisbol se constituyeron en las grandes decepciones de los Juegos de Guadalajara-2011, que destruyeron dos de los mitos más grandes del deporte regional.

Como dioses que bajaron del Olimpo, en su nueva condición de mortales, ambos conjuntos tocaron tierra en la capital tapatía, en el caso de Las Leonas para dejar atrás un ciclo de victorias que arrancó en Indianápolis-1987.

La tarde del viernes Estados Unidos venció 4-2 a las actuales campeonas del mundo y las dejó sin el boleto directo que concedía el hockey de los Juegos Panamericanos a Londres-2012.

Después de la derrota y sorpresivamente el presidente de la Federación Panamericana de Hockey y vice de la Federación Internacional, Antonio von Ondarza, sostuvo que el equipo argentino igualmente estaría clasificado para el torneo olímpico.

Ondarza aseguró que los primeros tres del ranking tienen por reglamento cupo en Londres-2012.

Sin embargo, el revés caló hondo en Las Leonas que recibieron la medalla de plata a viva lágrima, mientras se decían dispuestas a cualquier sacrificio con tal de llegar a la capital británica, donde intentarán alcanzar el oro olímpico que siempre se les negó.

“Vamos a tener que buscar una nueva forma de entrenar y nuevos objetivos, pero es complicado renovar motivaciones cuando uno es superior y no gana. No estábamos preparadas para esto, es un baldazo de agua fría”, apuntó la atacante Soledad García luego de la derrota.

El palmarés de Las Leonas a nivel olímpico abarca una medalla de plata en Sydney-2000 y bronces en Atenas-2004 y Pekín-2008.

Si el vaticinio del presidente de la Federación Panamericana se cumple Las Leonas llegarán a Londres en forma directa, pero si finalmente no resultá así podrán intentar su clasificación en los preolímpicos que se realizarán en India, Bélgica y Japón.

La historia del trabuco cubano no resulta muy diferente porque llevaba diez panamericanos seguidos sin bajarse del lugar más alto del podio.

Diezmado por las deserciones, eliminado en segunda ronda en el Clásico Mundial y finalista frustrado en la reciente Copa del Mundo disputada en Panamá donde perdió 2×1 con Holanda, el béisbol de la mayor de las Antillas solo recibe bofetadas de un tiempo a esta parte.

A Guadalajara, Cuba llegó con una ofensiva sólida, capaz de remontar cualquier resultado adverso, pero la debilidad de su pitcheo la tornó vulnerable.

En una semifinal con sabor a finalísima, Estados Unidos aprovechó las fallas en los brazos cubanos y consiguió en dos entradas sendos rallies de cinco carreras en cada uno, ventaja que con un trabajo de hormiga los bates isleños no pudieron remontar pese a un gran esfuerzo.

Los norteamericanos terminaron venciendo 12×10 desmontando así el mito del trabuco cubano que había extendido su hegemonía a partir de los Juegos de Cali-1971.