El papa Benedicto XVI defendió el domingo una “reforma profunda” de la economía mundial, tras la cumbre del G20 en Seúl, instando a los países ricos a no confabularse contra los países pobres.

“La actual crisis económica, que ha sido tratada estos días en la reunión del G20, tiene que ser tomada con gran seriedad”, afirmó Benedicto XVI en su discurso semanal ante miles de peregrinos en la plaza de San Pedro en el Vaticano.

Para el Papa, la crisis es un mensaje firme en favor de “una reforma profunda del modelo de desarrollo económico global”. Las principales economías no deben “crear alianzas que puedan causar (…) graves daños a las más pobres”, agregó.

Benedicto XVI defendió también la reactivación de la agricultura para ayudar a las víctimas de la crisis económica mundial, y advirtió del peligro del “consumismo insostenible”.

“La reactivación estratégica de la agricultura parece crucial”, afirmó.

“Considero que ha llegado el momento de volver a valorar la agricultura, no de una forma nostálgica sino como una fuente indispensable para el futuro”, añadió el Sumo Pontífice.

A pesar de la crisis, “los países industrializados incentivan estilos de vida dominados por un consumismo insostenible”, declaró el Papa, proponiendo “un nuevo equilibrio entre agricultura, industria y servicios para que el desarrollo sea sostenible”.