El pasado 26 de julio se cumplió un aniversario más de la muerte de Gerda Taro, una valiente y audaz fotógrafa que se convirtió en la primera mujer en ejercer su oficio en una guerra.

Nacida el 1 de agosto de 1910 en el seno de una familia judía en Stuttgart, Alemania, debió dejar su país siendo aún muy joven debido al ascenso de Adolf Hitler en 1933.

Fue así como en llegó a París, Francia, ciudad en la que conoció a Endre Ernő Friedmann. Tal como ella, él también era judío, y se dedicaba a la fotografía.

No debió pasar mucho tiempo para que ambos terminaran enamorándose, y se convirtieron en pareja. Friedmann comenzó a inculcarle su pasión por el mundo de las fotos, enseñándole sus técnicas para obtener las mejores imágenes.

Tal como recoge el periódico español El País, llegó un punto en el que decidieron dedicarse a la fotografía a tiempo completo.

Gerda Taro | Daily Express
Gerda Taro | Daily Express

Sin embargo, sus anhelos chocaban con una dura realidad: no obtenían trabajo. O dicho de otra manera, no conseguían clientes.

Esto los llevó a idear una estrategia que les permitiera dar a conocer su trabajo para llegar a más gente. Y el plan que se les ocurrió resultó tan curioso como a la vez exitoso: optaron por ofrecer sus fotografías bajo el pseudónimo de Robert Capa.

De esta manera, ambos presentaban sus propias fotos aunque asegurando que su autor había sido Capa, un supuesto fotógrafo estadounidense sumamente prestigioso.

Esta es la razón por la que hasta hoy día resulta sumamente complejo saber a ciencia cierta quién fue el que realmente tomó cada fotografía.

Antes de dar a conocer que en realidad eran ellos quienes capturaban las imágenes, se hacían pasar por representantes de Capa. Bien entrado en la década de 1930, se trasladó hasta España para registrar los hechos de la Guerra Civil.

Fotografía de Robert Capa tomada por Gerda Taro (CC) Wikimedia Commons
Fotografía de Robert Capa tomada por Gerda Taro (CC) Wikimedia Commons

Medios como USA Today consignan que gracias a su osadía, se transformaron en testigos de diferentes pasajes del conflicto, creando reportajes que posteriormente publicaban revistas como Regards o Vu.

A pesar del éxito con el que contaban en 1936, comenzaron a surgir ciertos roces entre la pareja, lo que provocó que Friedmann se quedara con el nombre de Robert Capa, mientras que ella utilizó la firma de Photo Taro.

En solitario, uno de sus trabajos más famosos es sin duda el que realizó en la Batalla de Brunete, la que se desarrolló en esta población y otras aledañas del oeste de Madrid. Así sería testigo de los bombardeos de la aviación del bando sublevado, no dudando en poner en peligro su propia vida para lograr notables imágenes.

No obstante, su vida fue tan osada como corta, y tuvo un final sumamente trágico. El 26 de julio de 1937, mientras se encontraba en el repliegue del ejército republicano, se subió al estribo del vehículo uno de los generales miembro de las Brigadas Internacionales.

Gerda Taro en España, en julio de 1937 (CC) Wikimedia Commons
Gerda Taro en España, en julio de 1937 (CC) Wikimedia Commons

Repentinamente aparecieron en escena aviones enemigos, lo que provocó cierto caos en el convoy en que se trasladaba ella. Esto hizo que Gerda cayera al suelo, siendo aplastada por un tanque que se desplazaba marcha atrás.

Las heridas fueron de extrema gravedad, por lo que fue llevada de urgencia a un hospital. Lamentablemente, murió pocas horas después, apenas seis días antes de cumplir 27 años.

Posteriormente sus restos serían trasladados hasta París, en donde recibió honores como heroína republicana.

John Kiszely | Twitter
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