Medios de Inglaterra han informado sobre el asesinato que sufrió Richard Huckle, conocido en ese país como “uno de los peores pedófilos del mundo”, por haber violado a 191 menores de edad mientras realizaba labores humanitarias en países de Asia. El sujeto tenía 22 cadenas perpétuas por estos hechos.
Si bien el hecho ocurrió en 13 de octubre de 2019, los detalles se dieron a conocer el pasado 18 de noviembre, en medio de juicio en contra del acusado de cometer el crimen, un interno llamado Paul Fitzgerald.
Según detalló BBC, hace poco más de un año el sujeto se habría acriminado en contra de Huckle, a quien atacó con “senda brutalidad” durante la noche. Ambos estaban internos en la cárcel de Pocklington.
La investigación del caso detalló que Fitzgerald se internó en la celda de la víctima, la violó con un utensilio de cocina, le enterró un lápiz en la nariz y finalmente estranguló con un cable eléctrico.
A eso se sumó, de acuerdo a los informes oficiales, los resultados de un examen realizado al cuerpo inerte de Huckle, el cual presentaba signos de golpes en la cara, la zona de los riñones y una herida realizada con un cuchillo en su rostro.
Los antecedentes añaden que la golpiza terminó cuando dos gendarmes llegaron hasta el lugar, alertados por los gritos de otros reos. Huckle habría fallecido dos horas más tarde.
En el juicio, el fiscal Alistair Neil Macdonald reveló testimonios que Fitzgerald habría entregado a expertos en salud mental del penal y la policía, en los cuales reconocía que había actuado en forma de “justicia poética”.
“(Hucker) es un hombre que viola y abusa de niños para divertirse. Podría haberlos matado también. Me inclino a pensar que hizo algo peor que solo violarlos”, indicó al interno en una declaración jurada.
Por su lado, Macdonald aseguró que todo el ataque fue planeado por el hombre, asegurando que él mismo sostuvo que “se divirtió mucho mientras lo agredía”.
“Este fue un ataque cuidadosamente planeado y ejecutado, en el transcurso del cual el señor Huckle fue sometido a una agresión prolongada y diseñada también para humillarlo y degradarlo”, indicó.
Desde la defensa del acusado sostuvieron que, según un informe expuesto por el médico tratante, en el momento de ataque él sufría psicopatía y trastornos de personalidad mixta y de identidad de género.
El juicio continuará durante la próxima semana. Paul Fitzgerald arriesga una cadena perpetua por el crimen.
