Las comunas del sector oriente de la capital no escapan de una realidad que se hace cada vez más común: construcciones subdivididas en varias habitaciones para arrendarlas en su mayoría a migrantes.

La alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, denunció que en el barrio Bellavista se descubrió una casona que alberga a alrededor de 180 personas, la que estaba subdividida en cerca de 60 habitaciones que eran arrendadas a ciudadanos en su mayoría extranjeros.

Por esto, llegó al lugar para fiscalizar la situación junto a un grupo de inspectores municipales, los que detectaron las precarias condiciones de habitabilidad y los graves riesgos de seguridad que allí existen.

La autoridad comunal comentó que las 180 personas “viven en condiciones inhumanas”, con irregularidades en la instalación de electricidad. De hecho, agregó que existe un riesgo preocupante de incendio debido a ese último punto, el que se grafica en que, por ejemplo, hay espacios con hasta 15 lavadoras conectadas a la red.

“Tenemos aquí peligro de incendio y si llega a haber un incendio aquí puede morir mucha gente, porque está lleno de recovecos, de subterráneos, de escaleras hechas por todos lados, está llena de aparatos enchufados, refrigeradores, microondas, hervidores, lavadoras, con un sistema eléctrico que en simple apariencia no estaría hecho para esta carga y en caso de incendio no hay por dónde escapar”, dijo en un comunicado de prensa.

Pero, el municipio decidió no desalojar el lugar para no provocar aún más problemas en las familias, las que podrían haber quedado en la calle de inmediato si se tomaba dicha medida. Por mientras, se anunció un recurso de protección y se buscará ayuda con el Gobierno para reubicar a los habitantes de la casa.

“Como municipio podríamos clausurar el lugar. Lo que generaría un grave problema a estas familias. Pero interpondremos un recurso de protección, lo que nos da entre 30 y 60 días para poder ayudarlos. Hablaremos con autoridades de Gobierno para ver qué podemos hacer juntos y así, solucionar un verdadero drama, generado por alguien que claramente merece un castigo mucho mayor que un par de partes”, puntualizó.

Matthei agregó que “claramente aquí, una persona inescrupulosa, está lucrando a costa de migrantes, arriesgando la vida de ellos y de sus familias. Es bastante penoso que una persona ofrezca estas condiciones a gente vulnerable”.

La casona, que tiene los habitantes equivalentes a un edificio de entre 4 a 5 pisos, será visitada por un equipo social para conocer la situación laboral y familiar de todos los que allí viven para luego evaluar la ayuda que se le dará a cada uno.