Soraya Apara, presidenta de la Bolsa de Valparaíso, solicitó la semana pasada a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) dos años para regularizar la situación de la institución, que podría ser cerrada al no cumplir con el mínimo de corredoras operando. En ese periodo intentaría reorientarse como una bolsa de emprendimiento en la que se capitalicen pymes tecnológicas.

La situación se ha deteriorado en la histórica bolsa, que funciona hace más de 100 años, tras el escándalo de su exdirector Gabriel Urenda, que conllevó la cancelación de las operaciones de la corredora Intervalores.

Por otro lado, otra empresa de este tipo fue cancelada por la CMF por no cumplir con el requisito de operar en más de un año. A pesar de que quedan seis corredoras registradas en la práctica sólo funcionan dos, pese a que el mínimo es de 10.

La CMF puede cerrar la bolsa desde el 21 de septiembre próximo por este incumplimiento. Por ello la semana pasada Apara envió un escrito, según El Mercurio, pidiendo dos años de gracias para salvar a la bolsa de “su inminente cierre”.

“El futuro de la bolsa más antigua de Chile depende de una decisión más política que técnica”, expresó Arie Gelfenstein, gerente general de la bolsa, a El Mercurio.

El texto enviado a la CMF manifiesta que los problemas de la Bolsa de Valparaíso se deben a las prácticas monopólicas de su similar en Santiago, pues esta no permite operaciones interbolsa, y que en el plazo que se pide se reenfocaría para que en ella se capitalicen pymes tecnológicas.