En la Plaza Bernardo Ohiggins, frente al edificio del poder judicial en Panguipilli, más de medio centenar de personas representantes de comunidades y organizaciones mapuches y ambientales, se reunieron para manifestar su apoyo a la familia de Rubén Collío y Macarena Valdés, esta última encontrada muerta y pendiendo de un lazo en agosto de 2016, en su domicilio de la comunidad Newen de Tranguil.
Una muerte ocurrida en extrañas circunstancias, porque mientras la fiscalía sobre la base de un informe del Servicio Médico Legal (SML) y diligencias policiales, han sostenido que la mujer de 32 años se habría suicidado.
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Y por otra parte, el entorno de Macarena creen que fue asesinada, después de un episodio de amenazas por un conflicto por la construcción de una central de paso en esa zona.
Rubén Collío hizo público el informe del perito independiente Luis Ravanal, realizado tras conseguir que la justicia no cerrara el caso.
En la instancia, dijo que el estudio histopatológio realizado en la piel a la altura del cuello de la mujer, arrojó ausencia de hemorragia causada por algún ahorcamiento en una persona viva.
En Santiago también hubo manifestaciones de apoyo. Jorge Lazo, cercano a la familia, llamó al Estado a hacerse cargo con esta nueva prueba, descartando que Macarena se haya suicidado.
Desde la fiscalía indicaron que ahora cuentan con dos informes de autopsia, ya que este último se suma al realizado por el SML de Valdivia, en una investigación que sigue con diligencias en curso.
Collío en tanto, confirmó una solicitud de audiencia con el fiscal nacional Jorge Abott y la presidenta Michelle Bachelet para pedirles y exigirles que el Estado haga bien su trabajo sobre este caso.
