La Corte Suprema ratificó el fallo que ordena al Servicio de Salud Chiloé a pagar una indemnización de 120 millones de pesos a un hombre e hijos, por la muerte de su esposa.

Según la condena, esto se debe a la “falta de servicio del Hospital de Quellón al no diagnosticar a tiempo la influenza A H1N1, que le afectó en mayo de 2013″, a la víctima.

De forma unánime, los ministros rechazaron el recurso de casación presentado en contra de la sentencia que dictó la Corte de Apelaciones de Puerto Montt.

Le dijeron que tenía un “resfriado común”

Los antecedentes del caso señalan que en mayo de 2013, Verónica Cosme Delgado, de 30 años, se comenzó a sentir mal, pensando que era un resfriado común, por lo que no le dio mayor importancia.

Al transcurrir los días no mejoró, por lo que acudió al Hospital de Quellón el 8 de mayo, donde se determinó que tenía un resfriado común. Dos días después volvió al recinto asistencial con fiebre, tos y dolores. Nuevamente la enviaron a su casa con un diagnóstico de resfrío común, pero bajo la indicación de tomarse exámenes.

El 11 de mayo volvió por tercera vez. Se sentía aún peor. Fue atendida por el mismo médico que la vio en primera instancia, quien le señaló, nuevamente, que se trataba de un resfriado común y que no se preocupara. Le suministraron viadil y suero. Solicitó que le pusieron oxígeno, pero le dijeron que no lo necesitaba.

No, no era un resfrío común

El fallo agrega que el 12 de mayo, Verónica no durmió. “Sentía pesar en el cuerpo, dolores musculares, tos que la desesperaba y le faltaba el aire, botando sangre mientras tosía, situación que antes se le habría producido e informado a los médicos”, consigna el documento.

Al día siguiente, su esposo, Iván Ramiro Chiguay, no fue a trabajar para cuidar a Verónica y sus hijos. Cuando regresó de llevarlos al colegio, su cónyuge no se podía levantar.

Llegaron al Hospital de Quellón, la derivaron a urgencias, donde la vio el mismo médico que la atendió en dos oportunidades y le había dicho que tenía un “resfriado común”. En esta oportunidad manifestó que la trasladarían al Hospital de Castro. Tenía líquido de los pulmones.

De Quellón a Castro

A eso de las 11:00 horas llegaron al Hospital de Castro. La tarde de ese día le dijeron a Iván que Verónica llegó con un pulmón menos y el otro inflamado, por lo que funcionaba a la mitad.

Al hombre le manifestaron que debían trasladarla a un recinto de mayor complejidad, lo que ya estaban gestionando el hospital. La máquina de oxígeno en Castro era buena, pero no lo suficiente para Verónica.

Las 24 horas siguientes eran críticas.

Iván no tenía donde quedarse en Castro, por lo que el hombre volvió a Quellón. También tenía que cuidar a sus hijos. El día 14 de mayo volvió junto a su familia y cercanos para ver la evolución de Verónica.

Le resultados de los exámenes arrojaron que tenía influenza y que necesitaban trasladarla a otro recinto del país de mayor complejidad y que tuviera camas disponibles.

A las 23:30 horas de ese día le dijeron a tres familiares que podrían ver a Verónica antes de que se concretara el traslado. A las 03:00 horas del 15 de mayo llamaron a Iván. Verónica había fallecido de influenza.