La tarde del martes se realizó en Coyhaique una velatón por la búsqueda de Carlos Romario Peña, un joven que desapareció la tarde del miércoles 23 de diciembre en el Lago General Carrera de Aysén, a la altura de Bahía Jara, cerca de la comuna de Chile Chico.
El joven despareció a eso de las 16:00, cuando salió a navegar en el kayak que había en la cabaña donde se hospedaba junto a dos amigos, quienes estaban en la orilla, al momento en que Romario comenzó a alejarse y la embarcación se volteó.
Según relata Sergio González a BioBioChile.cl, amigo que estaba junto a Romario, ellos habían usado el kayak en la orilla, pero en la tarde Peña comenzó a usarlo y se alejó de la costa, cuando el dispositivo se volteó y el joven alcanzó a separarse del kayak, siendo arrastrado por la corriente hacia el este (en dirección a Argentina para graficarlo).
“Esto pasó en segundos, nos dimos cuenta que el viento estaba súper fuerte, porque el tiempo acá es muy cambiante. El viento estaba fuere, estaba soplando mucho, según la gente especialista habían 29 nudos en ese momento. Vemos y el kayak estaba lejísimo y Romario se había dado vuelta y él se cayó”, contó.
González explicó que cuando se percataron de la desaparición de su amigo salieron a pedir ayuda a un camping aledaño, desde donde llamaron a Carabineros y a la Armada, mientras los primeros llegaron 25 minutos después, el personal de la Armada tuvo un tiempo de respuesta de 1 hora.
“El tiempo de respuesta de la Armada fue de una hora y acá hay una altitud súper baja y una persona sufre fácilmente hipotermia a los 8 minutos a 10 minutos. Ellos van por el kayak primero (…) Las personas que tienen la jurisdicción en el agua son la Armada y ellos son los que tienen la obligación legal de fiscalizar y acá no hay ni siquiera un puesto, no hay ni una caseta con una persona fiscalizando”, enfatizó.
El joven explica que no hay fiscalización alguna por parte de la Armada y pese a que estaban en un lugar donde generalmente hay una gran cantidad de personas, igualmente tardaron una hora en llegar al sector.
“Uno debe pedir información para navegar, acá uno no sabe, porque la información no se transmite y pasa todo tan rápido que no se hizo, si la Armada tuviese un puesto o una lancha Romario se habría salvado. Si ellos estuviesen fiscalizando, yo prefiero una multa que no voy a olivar más, a que se muera mi amigo”, puntualiza.
Búsqueda y crítica a la Armada
Tras una semana de la tragedia, la búsqueda no ha estado exenta de problemas, pese a que comenzó el mismo miércoles 23 de diciembre, la Fiscalía determinó un plazo de 8+4 días, el cual concluiría el domingo 3 de enero.
El amigo expone que en la región de Aysén sólo hay dos persona capacitadas para realizar la búsquedas, dos funcionarios del Gope y un robot de búsqueda, que no ha sido bien utilizado por el personal, además cuestiona que si hay días y horas con mal tiempo atmosférico se suspende la búsqueda, algo crítico considerando el plazo fijado para la búsqueda.
“Cuando hay mal tiempo no se busca y eso es un día suspendido (…) La complicación es que sólo hay dos personas capacitadas, dos buzos del Gope (…) No estamos recibiendo ayuda de parte del Ejército, la noticia no se está difundiendo, no están buscando, no se suspende el plazo de investigación, no hay ni siquiera una ambulancia, no hay apoyo sicológico”, dice González.
Incluso, relata que han tenido mejores ideas que los encargados de búsqueda, cómo rastrear el iPhone de Romario, el cual tenía resistencia al agua y que podía dar directrices de la ubicación del joven, además la comunidad de Coyhaique y de Chile Chico han colaborado en la búsqueda con embarcaciones menores y robots.
“Esto pasa siempre, siempre se ahogan personas, pasan accidentes, claro porque uno no toma las precauciones, pero la Armada es la que tiene fiscalizar también, no hay ninguna caseta, no hay un puesto de la Armada, y pasa todos los veranos”, finaliza.