Rosa Millanao, más conocida como la Panchita, de 74 años, fue atacada sexualmente y asesinada brutalmente en Talca. Pero no es la única: en lo que va de este 2021, de los 19 femicidios registrados, cinco corresponden a adultas mayores que han muerto en condiciones igual de preocupantes, algunas de ellas a manos de hombres ya condenados por hechos similares. La historia es de la Unidad de Investigación de BioBioChile.

“El Rangers le da alegría a mi corazón, el Rangers es sentimiento, es tradición”, cantó la Panchita para alentar al club de sus amores -como ella le decía- hasta sus 74 años. Vestía de rojo y negro cada domingo para ir al estadio de Talca, aunque el último tiempo tuvo que contentarse con escuchar los partidos por la radio. Su ímpetu de seguidora nunca decayó.

Quienes la conocieron sabían de su fanatismo por el Rangers y de cómo la familia del fútbol fue su compañía, porque de su parentela real, poco y nada se sabe. La Panchi -como le decían sus amigas- siempre fue una persona alegre, inocente y sociable. Por eso, no se explican que alguien pudiera dañarla con tanta brutalidad.

Según su certificado de defunción, se declaró que murió a raíz de una perforación que le provocó una hemorragia en el abdomen. Su cadáver fue encontrado en el patio de la habitación que arrendaba luego de haber sido violada y asesinada. Para peor, alguien divulgó una foto de ella muerta en redes sociales.

La Panchita se convirtió en el femicidio 13 en lo que va del año en Chile, la tercera de cinco que, por su edad, son adultas mayores. Hasta ahora hay un detenido, Marco Arancibia, imputado por el delito de femicidio no íntimo. Existe un plazo de seis meses para la investigación, y mientras tanto, a nivel nacional la tasa de mujeres asesinadas sigue aumentando.

—Después de saber que fue ultrajada, que estaba indefensa y sola, qué queda para las otras mujeres o personas de edad. Todas quedamos indefensas —declaran cercanas a Panchita.

Panchita en sus últimos días

Talca consternada

La madrugada del 2 de mayo se cometió el crimen que le quitó la vida a Rosa Millanao, más conocida como la Panchita. A sus 74 años la encontraron muerta, sentada afuera de la habitación que arrendaba. Se desconoce si murió en el mismo lugar o su cadáver fue trasladado, pero en lo que sí existe certeza, es que presentaba heridas de carácter defensivas como cortes en brazos y cara.

El pequeño dormitorio que arrendaba ubicado en 4 Sur, quedaba al fondo de una casa con fachada patronal, de la parte antigua de Talca. Posiblemente su pensión de 90 mil pesos no le permitía vivir en un mejor sitio, y a eso hay que agregarle que Panchita poco y nada veía del dinero que le correspondía, porque quien lo cobraba era la dueña de la casa.

El monto total de su pensión le alcanzaba para arrendar y comer. Quien le cocinaba la mayoría de las veces era la dueña del lugar. El resto, eran ayudas estatales como canastas familiares. Así lo confirma Fabiola a BioBiohile, quien trabaja en ayuda social en la capital del Maule y alcanzó a ser su amiga durante unos 10 años.

—La dueña le cocinaba con el dinero de su pensión porque la Panchi prácticamente si no le daban de comer no era capaz de hacerse un plato de comida. Varias veces ingresé a su habitación para ver qué necesitaba con urgencia y era denigrante, para un adulto mayor no era digno.

Fabiola en una de sus visitas constató la escasez de bienes que poseía, todo se reducía a un pequeño listado: una cama, una cocinilla y un par de objetos personales. Bajo su propio juicio profesional, Panchita sufría intrínsecamente una tristeza por su soledad y humillación constante. Lo primero, posiblemente porque vivió durante más de 25 años sola en un espacio reducido y sin saber de sus familiares.

—Le tomé tanto cariño a la Panchi porque era una persona muy sola y muy humillada en esa casa donde arrendaba. La dueña le gritaba por su condición física y también porque no tenía estudios. Fue muy vulnerada —confiesa su amiga.

Panchita a inicio del 2000

La familia rangerina

Rosa Millanao tenía enanismo, un rasgo físico que nunca le impidió ser independiente desde joven. Emigró desde el sur de Chile a Talca, donde trabajó a temprana edad en una casa haciendo los quehaceres. Vivió con esa familia hasta que la dueña murió. Si bien pasaron varios años desde que Panchita dejó aquel hogar, fueron ellos quienes se hicieron cargo de los gastos fúnebres.

Esta misma característica la hizo más querida en el Estadio y bien lo sabe Amanda Bastías, que asiste a alentar al Ranger de Talca desde los 7 años. Hoy con 49, todavía recuerda cuando la veía todos los domingos y se sentaba a su lado para alentar al equipo.

—Era parte de la familia y de la familia del fútbol. Era muy conocida dentro del grupo. Como iban en su mayoría hombres y era más indefensa en el sentido de su porte, todos la protegíamos mucho más, como una verdadera rangerina —relata a BioBioChile.

En esta misma línea, Amanda describe que a Panchita nunca le importó su tamaño, era muy firme y “paradita”, incluso en los últimos años cuando tuvo que usar muletas. Ella también sabía que se sentía muy sola, y se lamenta no haberle hecho saber antes lo querida y respetada que era. De igual forma se cuestiona cómo “una persona que le doblaba el tamaño” -según sus declaraciones- le pudo hacer tanto daño, sabiendo que sus características físicas eran menores.

—Después de saber que fue ultrajada, que estaba indefensa y sola, qué queda para las otras mujeres o personas de edad. Todas quedamos indefensas —se cuestiona Amanda.

Un planteamiento que también se hace Fabiola. Dice que leer lo que le hicieron fue un dolor muy grande. El hecho de pensar en todo lo que sufrió y pasó en ese momento, no puede entender qué pasa por la mente de esas personas.

—Es muy doloroso darte cuenta en la sociedad que estás viviendo. No hay respeto, es tan indolente… Que no te produzca nada hacer daño. Este caso, es algo que a nosotras las talquinas nos va a marcar por mucho tiempo.

El cariño que le tenían quedó demostrado en su funeral. La Panchita, fanática del rock and roll y del twist, la enanita -como le decían sus amigos- que cantaba y bailaba con una sonrisa en el rostro, fue homenajeada por el club de sus amores. Con banderas, globos y bengalas, con su rostro puesto en un partido, fue recordada por la mayoría de los talquinos.

Velorio de Panchita con la bandera del Rangers de Talca

Un peligro público

Cuatro días después de su asesinato, la policía detuvo a Marco Arancibia como el principal sospechoso. Hoy, está en prisión preventiva en el Centro Penitenciario de Talca durante los seis meses que dure la investigación. Según las propias palabras del magistrado Ricardo Riquelme, el imputado constituye un peligro para la seguridad de la sociedad.

Las pruebas que apuntan hacía él fueron expuestas en su audiencia de formalización. La historia se remonta al 1 de mayo, cuando Panchita, Marco Arancibia y otros dos hombres se reunieron para almorzar. Entre la comida y el alcohol, la velada se prolongó hasta la noche, pero llegó el momento en que los invitados se fueron y quedó Arancibia junto a Panchita, solos. Hasta ese momento no había indicios de algo raro porque ambos eran amigos, tal como lo confirma Fabiola. La casa del imputado, similar a una mediagua, quedaba al lado de la habitación de Panchita.

Fue en ese momento, y según la declaración extraída del Poder Judicial, que Marco Arancibia actuó sobre seguro al saber que Panchita estaba incapacitada para defenderse y pedir ayuda debido a su condición física, pero también al grado de alcohol que tenía en el cuerpo.

La declaración del Ministerio Público es cruda: narra paso a paso cómo Panchita fue desnudada y asesinada con una brutal agresión sexual que le causó hemorragias internas abdominales y un hemoperitoneo secundario a traumatismo severo.

El mismo día que la encontraron, y tal como se lee en la querella criminal, el nieto de la dueña de la casa habría sacado fotos de Panchita cuando encontró su cadáver afuera de la habitación. Estas fotografías fueron sacadas antes que llegara la Brigada de Homicidios y enviadas a diferentes personas a través de redes sociales. Lo anterior, es una arista más de la investigación.

El abogado que representa la querella, Christian Zavala, evidencia que en su certificado de antecedentes policiales, Arancibia ya registra una condena cumplida por homicidio, violación y otra causa por violencia intrafamiliar, pero al momento de su detención ya no tenía nada pendiente.

—En un primer momento oculta el delito, pero luego se va a una reunión con una persona, se embriaga y cuando la PDI lo vuelve a contactar, él dice que va a declarar que mató a Francisca —informa el abogado.

El cuestionamiento que sale en la denuncia es cómo nadie escuchó nada si sus vecinos estaban cercanos a la habitación, o bien… el crimen no se cometió ahí. Lo cierto es que Panchi ya no está.

Rojinegro soy, Rangers la alegría de mi corazón (…) Local o visitante yo te voy a ver, ni la muerte nos va a separar, desde el cielo te voy a alentar.

Panchita no es la única

Rosa Millanao, la Panchita, se convirtió en el femicidio 13, según los registros del Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género (SernamEG). Hasta el cierre de esta publicación, el total de esa lista 2021 en Chile asciende a 19. De ese número, cinco son adultas mayores, es decir, un 23%. La otras mujeres asesinadas fueron: Bartolita Paredes (67), María Teresa Sepúlveda (61), Norma Maldonado (84) y Gloria Labraña (63).

Precisamente, uno de los casos que conmocionó al sur de Chile fue el de Norma Maldonado, quien fue asesinada en su mediagua ubicada en un sector rural de Osorno, a sus 84 años. Tras lo publicado por El Mostrador, Norma vivía acompañada de sus 16 perros en precarias condiciones. Su caso es complejo, al nivel que la vieron comiendo pan duros con hongos porque lo que tenía se lo daba a sus mascotas.

La mujer no contaba con agua potable ni luz, y fue ella misma quien le avisó a su vecina que hace días sentía miedo porque un hombre acechaba su casa. El 30 de mayo los vecinos encontraron su cadáver. La habían matado y violado. Sus lesiones constataban estrangulamiento. El detenido fue José Arcadio, quien era conocido de Norma y quedó en prisión preventiva por un plazo de 90 días mientras dure la investigación.

Norma en su vivienda

Según constató BioBioChile, el hombre ya tiene condenas previas. De hecho, en 2019 no se presentó a firmar el libro de registro de control de sujeción de vigilancia por un delito que cometió en 2011 tipificado en violación a mayor de 14 años. El sujeto quedó con firma durante 10 años y obligado a informar su domicilio durante tres meses. Lo anterior, y pese a tener alevosía sexual, no es un agravante para el delito actual, explica el abogado defensor Rodrigo Rojas a BioBioChile.

—Hoy está imputado por el delito de femicidio, un delito que atenta contra la vida y tiene una mayor pena. En este caso es más que un delito sexual, entonces no es un agravante. Respecto a su conducta anterior, él ya recibió condena y no podemos condenarlo eternamente por cosas que ya pasaron.

Hoy la defensa está a la espera de la autopsia final. Con ese antecedente el delito podría variar de un homicidio a un cuasidelito de homicidio. El primer caso va desde los 15 años hasta la cadena perpetua, pero si la investigación concluye que se trató de ese último delito, automáticamente se reduce la pena de 541 días a 5 años de cárcel.

Según la información entregada por SernamEG a BioBioChile, desde el 2019 se vio un aumento de casos de delitos sexuales contra mujeres. Por lo mismo, este año inaugurarán nueve centros a lo largo de Chile que funcionarán como “Centro de la Mujer 2.0” para quienes sobrevivieron a distintos tipos de violencia.

—Una mujer que vive violencia necesita un apoyo transversal (…) Es muy importante que sus redes de apoyo, tanto familiares como de amigas y amigos, estén en conocimiento de esta situación y así poder generar un acompañamiento constante a la mujer que está en riesgo. Porque el trabajo de erradicar la violencia contra las mujeres nos debe comprometer a todas y todos como sociedad —cierran desde el SernamEG.