El nuevo reglamento penitenciario, que busca solucionar los problemas en las cárceles chilenas detectados por un informe de la fiscalía judicial de la Corte Suprema, no incluye normas para mejorar las condiciones de hacinamiento, horas de encierro y horarios de alimentación.

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El documento, según el ministro de Justicia, Jaime Campos, es la herramienta para cambiar la situación carcelaria chilena, ya que determina que los reclusos tengan una actividad económica o capacitaciones laborales y educacionales.

Según diario El Mercurio, el texto ordena la existencia de instituciones para la materia, lo que según la ministra del Trabajo, Alejandra Krauss, podrá cumplirse con el nuevo Plan de Reinserción Social, que tendrá que ser implementado por las próximas autoridades.

El reglamento también prohíbe tratos inhumanos, degradantes, tortuosos y que atenten a los derechos humanos. Además, ordena la obligatoriedad de brindar servicios de salud en las cárceles o servicios de salud pública.

También se elimina el uso de las celdas de aislamiento como medida de sanción. Esto, según el presidente de la Asociación Nacional de Suboficiales y Gendarmes de Chile, Joe González, evitará castigar a internos que cometen infracciones graves al interior de las cárceles.

La normativa aún no puede aplicarse, ya que la Contraloría General de la República no ha tomado razón del decreto supremo que crea el nuevo reglamento penitenciario. El texto vendrá a reemplazar el documento vigente desde 1998 en las cárceles chilenas.