David Cameron, ex primer ministro británico caído en desgracia tras impulsar y perder el referéndum del Brexit, vuelve a la política como nuevo jefe de la diplomacia, después de que su carrera en el partido conservador estuviera casi terminada.

Cameron, cual ave fénix, a sus 57 años renace de sus cenizas y hace un regreso inesperado y sorprendente a la política, como canciller, en sustitución de James Cleverly, nuevo ministro de Interior.

El regreso de Cameron tiene su origen en el cese fulminante como titular de Interior de Suella Braverman, víctima de la enésima de sus polémicas, al criticar a la policía londinense antes de la manifestación propalestina del sábado pasado.

Tras decidir la celebración de un referéndum para la salida de su país de la Unión Europea, Cameron tuvo que dimitir en 2016, como consecuencia de la derrota sufrida, al defender la permanencia.

Cameron representa un ala más moderada dentro del partido, frente a posiciones muy conservadoras como la ministra saliente Suella Braverman o el propio Sunak.

Reputación en su partido

Michael Heseltine, figura de gran reputación entre los conservadores y que formó parte de los gobiernos de Margaret Thatcher y John Major, del que fue viceprimer ministro, alabó la figura de Cameron tras conocerse su nombramiento.

“David Cameron tiene una imagen y una reputación”, dijo, añadiendo que la medida ha “acabado” con el reciente “saqueo de la derecha” en el partido.

“Este es el cambio más grande que Sunak podría hacer. Porque es la señal más clara de que el volantazo hacia la derecha y el movimiento antieuropeo que hemos visto han sido acallados”, afirmó.

Aunque esa buena reputación de la que habla Heseltine se vio en parte mancillada con acusaciones de contactar en 2021 a ministros en nombre de la empresa financiera Greensill Capital.

Un informe parlamentario lo absolvió de cualquier delito, pero sí dijo que había sido inapropiado que ejerciera presión en nombre de Greensill, con el que tenía un “interés económico personal muy significativo”.

Educado en el prestigiosa colegio elitista de Eton, cercano al Palacio de Windsor, y en la Universidad de Oxford, Cameron se hizo muy joven con las riendas del partido conservador, siendo el líder de la formación en 2005, con apenas 39 años.

David Cameron se enfrenta como nuevo ministro de Relaciones Exteriores a dos temas difíciles como son la Guerra de Ucrania y el conflicto entre Hamás e Israel.

En sus memorias, en 2019, Cameron lanzó un feroz ataque contra su antiguo rival y entonces primer ministro, Boris Johnson, acusándolo de apoyar el Brexit sólo para impulsar su propia carrera.

Drama familiar

El Brexit fue su mayor revés político, aunque a nivel personal vivió una tragedia familiar.

El mayor de sus cuatro hijos, Ivan, nació con el síndrome de Ohtahara, una rara combinación de parálisis cerebral y epilepsia grave, falleciendo en 2009, a la edad de seis años.

La derrota en el referéndum llegó tras una serie de éxitos de Cameron, que guió a su partido hacia la victoria en las elecciones de 2015, logrando la mayoría absoluta.

También ganó otro referéndum, el de la independencia de Escocia, en 2014.

Antes de aquella derrota, había anunciado que no se presentaría a las elecciones de 2020, queriendo dedicar más tiempo a su mujer y a sus tres hijos.

Un puesto de canciller y un partido conservador en apuros, con las encuestas claramente en contra respecto a los laboristas de cara a las elecciones del año que viene, han puesto fin a su período sabático.