Tras una recomendación médica, se anunció por medio de un comunicado que la reina Isabel II cancelará todos sus actos oficiales durante al menos dos semanas para poder descansar.

Por medio de una carta del Palacio de Buckingham, se aseveró que la monarca, que estuvo ingresada una noche la semana pasada para ser sometida a "exámenes preliminares", se dedicará exclusivamente a tareas ligeras de oficina.

La reina Isabel II cancelará sus actos oficiales durante “al menos las dos próximas semanas” para poder descansar, siguiendo el consejo de los médicos, informó el Palacio de Buckingham en un comunicado.

A lo largo de ese tiempo, la monarca, que estuvo ingresada una noche la semana pasada para ser sometida a “exámenes preliminares”, se dedicará exclusivamente a tareas ligeras de oficina.

En sus labores están incluidas algunas audiencias virtuales, pero no participará presencialmente en actos oficiales.

“Siguiendo el consejo de los médicos que dijeron a su majestad que guardara reposo, la reina decidió que seguirá guardando reposo durante al menos dos semanas más”, indicó el palacio real en un comunicado.

Salud de la reina

Fuentes palaciegas han indicado que la monarca mantiene un “buen ánimo” y el consejo médico se percibe como “una precaución sensata”.

El martes, Buckingham ya anunció que Isabel II suspendía su asistencia a la cumbre del clima COP26, que comienza el domingo en Glasgow (Escocia).

Esto, después de que los médicos le aconsejaran guardar descanso tras su paso por el hospital para ser examinada de una dolencia que no se ha especificado.

La soberana, que tenía previsto presidir el lunes una ceremonia de recepción de los líderes mundiales, trasladará un mensaje en un discurso grabado previamente en vídeo.

La recomendación facultativa de mantener el descanso le obligó ya a cancelar una visita programada a Irlanda del Norte.

Tras esto, se eliminó desde entonces a llevar a cabo “tareas ligeras” en el castillo de Windsor, su residencia oficial a las afueras de Londres.

La pasada semana fue examinada en el hospital privado King Edward VII, en el centro londinense.

Se trata del mismo centro al que ingresó su marido, Felipe de Edimburgo, antes de fallecer el pasado mes de abril a los 99 años.