A un mes de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, los países europeos comenzaron a anunciar medidas restrictivas para esas fechas que van desde limitaciones al transporte entre ciudades hasta el retorno a la cuarentena.

Superado el pico de la segunda ola y ante el temor de una tercera si la desescalada se hace de forma precipitada, Europa se prepara para celebrar unas Navidades insólitas con los diferentes gobiernos manteniendo algún tipo de restricciones para evitar rebrotes tras las celebraciones.

El gobierno de Pedro Sánchez insta en España a que como máximo se sienten 6 comensales a la mesa en cada celebración y que esos invitados no sean ajenos al núcleo familiar. Además, habrá toque de queda a partir de la 1 de la mañana durante las fechas.

Más compleja es la propuesta de Reino Unido, con reuniones familiares en las que como máximo se mezclen 3 hogares distintos.

En Alemania los länder o estados federales contemplan la posibilidad de reuniones con hasta diez personas de diferentes hogares, con niños menores de 14 años excluidos de este cálculo. Hasta la prohibición parcial del uso de petardos ha sido regulada para esas fechas en el país. Se puede disfrutar de las luces, de la música y hasta de los puestos de churros en Berlín. Vino caliente y salchichas pero desde el coche porque, los mercadillos alemanes se han pasado, al igual que la mayoría de comercios, al “para llevar”.

En Italia, el ministro de Sanidad, Roberto Speranza, ha rebajado las expectativas de una apertura general en Navidad y señaló que la libertad de movimiento solo será posible si todas las regiones son “zonas amarillas”, es decir, las de menor riesgo. Y en la actualidad, y a falta de cuatro semanas para Navidad, la mayoría están en “zona roja”. El Gobierno está estudiando las reglas que se aplicarán para el periodo navideño, y que se incluirán en un nuevo decreto que entrará en vigor el 4 de diciembre, un día después de que expire el actual.

El debate sobre las restricciones que habrá que respetar en Navidad también sigue ganando terreno en Bélgica mientras, una semana más, se constata que todos los datos ligados a la pandemia del coronavirus siguen avanzando en la buena dirección. “Hay que tener mucho cuidado y limitar las vacaciones. A mí también me encanta la Navidad y desearía poder estar con más gente. Pero, por mi parte, lo haré con las personas que viven bajo nuestro techo: mi esposa y mis dos hijos. No es necesario ser virólogo para saber que esta es probablemente la forma de hacerlo”, ha dicho el primer ministro, Alexander de Croo.

Los sistemas de toques de queda serán una constante en otro puñado de países europeos durante unas fechas en las que la imagen del gel hidroalcohólico al lado de la botella de champán será la metáfora de estos tiempos.