La CIA concluyó que es probable que ningún gobierno extranjero esté detrás de cientos de misteriosas afecciones del “síndrome de La Habana” reportadas por diplomáticos y militares estadounidenses y que casi todas tienen explicaciones médicas o ambientales más convencionales, dijo el jueves un alto funcionario.
De unos 1.000 “incidentes de salud anómalos” informados, unas dos docenas siguen sin explicación y bajo un intenso examen, dijo un funcionario bajo condición de anonimato a la Agencia France-Presse.
Los primeros casos reportados en 2016 en Cuba, que dieron origen al nombre, incluían hemorragias nasales, migrañas y náuseas luego de experimentarse sonidos penetrantes.
Las inexplicables dolencias fueron luego reportadas en otras partes del mundo (China, Alemania, Australia, Rusia, Austria) e incluso en Washington. En agosto de 2021, la visita de la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, a Hanoi se retrasó tras una alerta en la capital vietnamita.
Las denuncias provocaron una investigación más amplia por parte del gobierno y acusaciones directas de que Rusia tenía un arma electrónica o sónica desconocida.
Eso llevó al director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), William Burns, a advertir a Moscú el año pasado que habría consecuencias si se demostraba que la inteligencia rusa era responsable.
Pero la conclusión preliminar de un estudio de la CIA no encontró evidencia de que un gobierno extranjero, ruso u otro, estuviera detrás de los casos.
“Hemos evaluado que es poco probable que un actor extranjero, incluida Rusia, esté realizando una campaña mundial sostenida que dañe al personal estadounidense con un arma o mecanismo”, dijo el alto funcionario.
Casi todas las dolencias pueden explicarse por las condiciones médicas existentes o no diagnosticadas previamente, o por un factor ambiental, concluyó el estudio.
Solo unas dos docenas de casos no pueden explicarse y son objeto de un estudio adicional. En esos casos, la CIA no ha descartado que la causa sea un actor extranjero, dijo el funcionario.
“Su dolor es real”
En un comunicado, Burns dijo que la agencia de inteligencia estadounidense continúa investigando y prometió apoyo y atención a los afectados.
“Estamos abordando este problema complejo con rigor analítico, profesionalismo y compasión”, dijo Burns.
“Continuaremos con la misión de investigar estos incidentes y brindar acceso a atención de primer nivel para quienes la necesiten. (…) Nuestros funcionarios sufren síntomas reales”, aseveró.
Las personas afectadas reportan problemas de equilibrio y coordinación, mareos, como ansiedad, irritabilidad y confusión o “niebla cognitiva”. Incluso se han señalado secuelas neurológicas.
Los defensores de las víctimas rápidamente desestimaron las conclusiones de la CIA.
Según Mark Zaid, un abogado que representa a varias personas afectadas, el estudio de la CIA busca apaciguar “una revuelta dentro de su plantilla porque los agentes no quieren salir al extranjero”.
“El informe de la CIA es desinformación”, dijo, y señaló que otras agencias de la comunidad de inteligencia estadounidenses no están de acuerdo con él.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, no cuestionó las conclusiones de la CIA, pero dijo que las investigaciones continuarán.
“Estos hallazgos no cuestionan el hecho de que nuestros colegas informan experiencias reales y sufren síntomas reales”, dijo Blinken en un comunicado. “Su dolor es real. No tengo ninguna duda al respecto”.