Una maestra berlinesa espera cuatrillizos, a los 65 años de edad. Si para una joven un embarazo múltiple es un alto riesgo, en el caso de una mujer en edad avanzada el peligro de muerte es para madre e hijos.
“Me preocupa que la medicina permita estos embarazos, solo porque son posibles”, dice a DW el profesor Frank Louwen, director de Obstetricia y Medicina Prenatal del Hospital Universitario de Frankfurt del Meno, que dice, como muchos otros médicos, estar horrorizado con el embarazo de la berlinesa de 65 años de edad, que en verano dará a luz cuatro bebés. No sólo su embarazo es excepcional. “El embarazo es convertido aquí en una especie de competencia”, apunta Louwen.
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Ya la hoy embarazada con cuatrillizos y madre de 13 hijos causó sensación en 2005. En ese momento, a la edad de 55 años, dio a luz una niña. Ahora, diez años más tarde, reta de nuevo la suerte. Dado que el embarazo de forma natural ya no era posible, se sometió en los últimos años a varias inseminaciones artificiales en el extranjero. La embarazada vive sin pareja.
Con el paso de los años, la fertilidad disminuye en las mujeres, debido a cambios hormonales. Sus ovarios ya no producen óvulos. Por ello, esta mujer necesitó donaciones de óvulos y esperma. Una intervención a la que se sometió en Europa del Este.
Es irresponsable exponer a una mujer de esta edad a un tratamiento de reproducción, opina Louwen, quien considera que “proporcionar hormonas a una mujer de 65 años para generar un estado artificial de gestación no es natural y representa un peligro de muerte para la mamá y los hijos”, recalca el obstetra. Los embarazos múltiples terminan, casi siempre, con nacimientos prematuros, y los bebés pueden nacer con lesiones de distinta severidad.
“No se trata solamente de los planes o deseos de la madre, sino del bienestar del niño”, dijo, por su parte, a radio ndr-Info, Jochen Vollmann, director del Instituto de Ética Médica e Historia de la Medicina de la Universidad de la Cuenca del Ruhr, con sede en Bochum. “Un embarazo de cuatrillizos significa para una joven un alto riesgo y no es raro que uno de los cuatrillizos nazca con alguna discapacidad”, advierte Vollmann.
Responsabilidad por los hijos
Los tratamientos reproductivos están regulados por leyes diferentes en cada país de Europa. Según la llamada ley de protección de embriones, en Alemania la donación de óvulos, también conocida como “trasplantación” está prohibida cuando el óvulo proviene de una persona diferente a la persona a la que debe ser “trasplantado”. En este contexto, el médico que recomiende a especialistas en el exterior también comete un delito.
Es más, la donación combinada de esperma y óvulo está prohibida en Alemania por razones éticas. Un obstáculo razonable para Jochen Vollmann y agrega: “Sabemos que los niños pueden crecer felices con sus padres sociales, pero en la madurez desarrollan una profunda necesidad por conocer su origen genético”. Así que si los niños expresan el deseo de conocer a su padre y madre biológicos, debe garantizarse que esto esa posible cuando la inseminación artificial haya sido realizada en el extranjero”.