En el marco del Día Mundial del Agua, que se celebra mañana 22 de marzo, el Círculo de Nutricionistas de Sodexo entregó los principales beneficios de una buena hidratación y advierte sobre los peligros que provoca la deshidratación en el cuerpo humano.

María José Fierro, nutricionista de Sodexo, señaló que el agua es fundamental para vivir, pues podemos prescindir de otros nutrientes pero no así del vital elemento, ya que la hidratación es el pilar fundamental de las funciones fisiológicas más básicas de nuestro cuerpo. “La hidratación facilita el transporte de nutrientes dentro del organismo, regula la temperatura corporal, mejora la salud de la piel, favorece la digestión, aumenta la concentración, regula la actividad renal, diluye los líquidos del cuerpo, y aumenta la esperanza de vida, entre otros beneficios”, explicó la profesional.

Según la experta, las necesidades de agua varían en función de las condiciones ambientales, fisiológicas, y de las distintas etapas de la vida, sobre todo cuando se práctica ejercicio físico de forma continuada, lo que hace que en el organismo aumente la pérdida de agua que debe reponerse. Advierte, además, que “la sed no debe ser el indicador de la falta de líquidos o agua en el organismo, porque actúa como señal de alarma cuando ya se han producido pérdidas hídricas mayores”.

La deshidratación ocurre cuando la cantidad de agua que elimina nuestro cuerpo supera a la cantidad ingerida. Si no se reemplaza el agua eliminada, pronto se sufren los primeros síntomas. El primero de ellos es la sed: que indican de que necesitamos agua. “Los médicos dicen que no conviene esperar a sentir sed para tomar agua, precisamente porque ésta ya es un indicador de deshidratación: la sed aparece cuando ya se ha perdido cerca de un 1% del agua del organismo”” advirtió la nutricionista.

Si la deshidratación persiste, aparecen otros síntomas tales como sequedad de las mucosas, debilidad, dolores de cabeza, fatiga y náuseas. La orina se reconcentra y aparece más oscura, hasta que finalmente, si la falta de agua persiste, los riñones dejan de funcionar y los desechos se acumulan. Los síntomas más graves incluyen letargo, somnolencia, mareos y hasta delirios. La deshidratación mata muy rápidamente, ya que una persona solamente puede vivir entre tres y cinco días sin agua, mucho menos de lo que se sobrevive sin alimentos, pero con líquido.

La buena noticia es que los síntomas de la deshidratación desaparecen rápidamente cuando se repone el agua perdida: entre treinta y sesenta minutos después de beber agua suficiente, una persona que haya perdido hasta el 10% de su peso corporal se sentirá mejor.