Durante la jornada de este domingo un kamikaze detonó su cinturón explosivo ante la academia de la policía de Bagdad, matando a 15 personas e hiriendo a otras 21.

Se trata del ataque más sangriento desde el 27 de enero, cuando otro kamikaze activó una carga en un vehículo lleno de explosivos ante un hospital de la capital y mató a 31 personas.

Después de un punto alto en 2006 y 2007, el número de atentados ha disminuido en Irak, pero todavía hay ataques regularmente en el país y la violencia ha dejado 151 muertos en enero.