Phyllis Chen, una música de formación clásica, conocía desde chica todos los secretos de su instrumento predilecto, hasta que vio por primera vez un piano de juguete y su vida entró en una nueva dimensión.
Los pianos de juguete tienen una dimensión perfecta para un niño y una persona adulta puede trasladarlos con facilidad, incluso con una mano.
Chen se dio cuenta rápidamente del potencial del instrumento y no tardó mucho en sumarse a las filas de la creciente, aunque aún escasa, subcultura de los pianos de juguete.
Su primer encuentro con este tipo de instrumento fue en un teatro de marionetas en Chicago, en el norte de Estados Unidos. El minipiano estaba hecho a medida para los personajes de la obra y Chen subió al escenario y tocó una nota.
“Toqué sólo una tecla y enseguida me enamoré del sonido”, cuenta esta mujer de 33 años.
Por entonces tenía apenas 21 años, pero ya había algo de experimentadora en ella. Por ejemplo, era fanática de los “pianos preparados”, que funcionan colocando objetos dentro del cuerpo del instrumento para cambiar su sonido original.
El piano de juguete, con su aspecto estrafalario y su tonalidad percusiva, fue una revelación.
“Esto puede despertar la imaginación de la gente de muchas maneras diferentes. Es un instrumento sin pretensiones. En cierto sentido es como descubrir un objeto perdido”, explica.
Los pianos de juguete, también conocidos como “kinderklaviers” o pianos para niños, han existido desde finales del siglo XIX.
Albert Schoenhut, un alemán que emigró a Estados Unidos y se estableció en Filadelfia (noreste), fue quien fundó en 1872 la famosa fábrica de pianos de juguete que lleva su nombre.
Los niños son obviamente quienes más utilizan estos pequeños instrumentos. En la historieta “Peanuts” (conocida en español como “Snoopy” o “Carlitos”), el personaje de Schroeder aparece a menudo sentado en un piano de juguete.
Pero el instrumento se está volviendo cada vez más popular entre los adultos. Chen piensa que alrededor de 20 músicos profesionales utilizan el piano de juguete como parte de su entrenamiento y ejercicios de composición.
Según Renee Trinca, dueña de Schoenhut con su marido Len, “los pedidos de profesionales están lloviendo”.
Chen, que compone y es miembro fundador del Conjunto Contemporáneo Internacional (ICE, según sus siglas en inglés), también ha ayudado a promover el instrumento.
El concurso de composición para piano de juguete que creó se ha desarrollado con todas las de la ley y este año en Manhattan se han celebrado tres conciertos.
El compositor David Smooke, a cargo del Departamento de Teoría Musical del Conservatorio Peabody de Baltimore (noreste), presentó en el cierre del festival una obra que compuso.
Smooke afirma que el uso del piano de juguete está “explotando” en términos de popularidad, en especial en los últimos dos años, al igual que el ukelele.
“Creo que la gente está buscando esos instrumentos que están asociados a la infancia y la nostalgia”, señala.
“Estoy sorprendido por el número de personas que he descubierto en todo el mundo que están dedicándose a eso”, concluye.