La tormenta tropical Irene dejó 12 muertos en cinco estados del Este de Estados Unidos, indicaron el domingo las autoridades estadounidenses, al tiempo que la amenaza de la tempestad comenzaba a alejarse de Nueva York.

La mitad de las víctimas murieron en Carolina del Norte, el primer estado que sufrió los estragos del huracán Irene -el sábado por la mañana- con vientos de hasta 140 km/h. El ciclón se degradó el domingo por la mañana a tormenta tropical.

El último saldo de víctimas, calculado por AFP con las autoridades de los diferentes estados afectados, arrojaba una cifra de nueve muertos.

Pero posteriormente, las autoridades informaron que un hombre había muerto en Carolina del Norte tras la caída de un árbol, otro en Connecticut tras un incendio provocado por la tormenta, así como una mujer en Maryland, tras el derrumbe de una chimenea.

En total, seis personas perdieron la vida en Carolina del Norte, tres en Virginia y una cada uno de los estados siguientes: Connecticut, Florida y Maryland.

Entre las víctimas se encuentran un niño de 11 años que murió tras la caída de un árbol sobre su edificio en la ciudad de Newport News -situada en una península en Virginia- y una adolescente de 15 años, que murió en Carolina del Norte.

“Una niña de 15 años murió en un accidente automovilístico que ocurrió cuando regresaba de sus vacaciones en Carolina del Norte”, indicó Patty McQuillan, funcionaria de los servicios de emergencia. “Los semáforos no funcionaban (en el lugar de los hechos). Ya no había electricidad”, explicó.

Un portavoz de los servicios de emergencia de Carolina del Norte, Brad Deen, indicó que una de las seis víctimas registradas en su estado era un hombre que sufrió un ataque cardiaco el viernes, mientras instalaba tablas de madera sobre las ventanas de su casa para prevenir los daños del huracán.

También en Carolina del Norte, dos personas murieron en accidentes automovilísticos diferentes y otra tras la caída de un árbol.

En Florida (sureste), un surfista murió tras haber penetrado en el mar, sumamente agitado.

Irene continuaba el domingo su camino hacia el norte de la costa Este de Estados Unidos, rumbo a Connecticut, Rhode Island y Massachusetts.