El huracán Irene, que seguía remontando la costa este de Estados Unidos después de haber afectado el sábado por la mañana a Carolina del Norte, no debía trastornar el programa del US Open de tenis, último torneo de Grand Slam del año, que debe comenzar el lunes en Nueva York.

Los organizadores preveían cerrar el lugar del torneo, en el barrio Queen’s, a partir del sábado al mediodía y todo el día de domingo, cuando está previsto que Irene afecte a la ciudad, pero anticiparon “una reapertura (del lugar) el lunes”.

Se había cancelado la jornada de caridad en favor de los niños (Arthur Ashe Kids Day), que se efectúa normalmente el sábado anterior al evento, pero pudo concluir por anticipado el torneo de rondas clasificatorias.

Se aseguraron o se pusieron bajo resguardo algunas estructuras del lugar, mientras que cientos de millares de neoyorquinos evacuaban algunas partes bajas de la ciudad, en zonas inundables.

Por su parte, los participantes en el Abierto se preparaban para la llegada de Irene, un huracán de categoría 1 sobre una escala de 5.

“Yo pienso que no será grave”, dijo el suizo Roger Federer, número tres mundial. “A mi edad, sabes qué hacer para no entrar en pánico”, agregó.

“Pero es cierto que da un poco de miedo, pues no se sabe con qué fuerza nos va afectar y tengo a mi familia aquí en Nueva York. Es una ciudad especial, con todos estos edificios, por lo que hay que seguir de cerca toda la información¨, añadió.