Siete reclusos murieron y otros 37 quedaron heridos, tres de ellas en estado grave, tras un enfrentamiento armado entre presos en la cárcel de Cabimas, en el Estado Zulia (noroeste), informó este miércoles la secretaria estatal de Seguridad, Odalys Caldera.

“Estamos manejando (la cifra de) siete muertos y tres (heridos) en estado crítico que se teme que puedan morir”, dijo Caldera a la AFP.

Una disputa por el control de uno de los sectores del penal entre dos grupos de internos, durante el horario en que los familiares de los reclusos realizan la visita, encendió la violenta reyerta en la que se utilizaron armas blancas y pistolas.

Según Caldera, la situación “está totalmente controlada”.

Aunque el de Cabimas solo tiene capacidad para 120 internos, más de 500 personas están recluidas en este penal, que como muchas cárceles venezolanas está afectado por el hacinamiento y la violencia, indicó la responsable.

En julio, choques armados entre presos dejaron más de una decena de muertos y una treintena de heridos en varias cárceles venezolanas.

Para atender la difícil situación carcelaria, el gobierno venezolano puso en marcha un plan para descongestionar los penales, que albergan unos 50.000 reclusos pese a que su capacidad es sólo de 14.000, según cifras oficiales.

En junio pasado, se creó el ministerio de Asuntos Penitenciarios en medio de una severa crisis en la cárcel El Rodeo (cercana a Caracas), donde violentos enfrentamientos dejaron más de 30 muertos, la mayoría de ellos reclusos. Este episodio ha sido el más sangriento en una prisión venezolana en la última década.

La titular de ese despacho, Iris Varela, propuso la liberación “condicional” de casi la mitad de los población de las cárceles y la suspensión temporal del envío de personas a prisión, aunque esta última medida fue revocada.

Organizaciones humanitarias afirman que en las cárceles de este país mueren unos 300 reos al año. Sólo en el primer trimestre de este año, la cifra de fallecidos en los penales fue de 121 presos, según estas fuentes.