Cronología de un año tormentoso para la FIFA, con denuncias y sospechas sobre todo en relación con la elección de las sedes de los Mundiales de 2018 y 2022 y en la campaña a la votación por el mandato presidencial:

16 de mayo de 2010 – El responsable de la candidatura de Inglaterra para el Mundial de fútbol de 2018 o 2022, David Triesman, presentó su dimisión tras haber acusado a España y Rusia de corrupción.

La marcha de Triesman en pleno proceso de selección de las citas de 2018 y 2022 fue la consecuencia de las revelaciones de un rotativo británico, en las que una ex amante suya dio a conocer una grabación donde el presidente de la federación inglesa acusaba de corrupción a Rusia y España para impedir que Inglaterra ganara.

17 de octubre de 2010 – El diario británico Sunday Times lanzó una investigación titulada: “Copa del Mundo, votos para vender”.

Según el diario, el tahitiano Reynald Temarii, miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA, habría pedido 1,6 millones de euros para una academia de deportes a cambio de su apoyo a una candidatura para la organización de un Mundial.

El nigeriano Amos Adamu, otro miembro del Comité Ejecutivo, habría reclamado 570.000 euros para apoyar una candidatura. El diario inglés afirmó haberle filmado en un encuentro con periodistas que dijeron trabajar para un consorcio estadounidense.

18 de noviembre de 2010 – Temarii y Adamu fueron suspendidos (tres años para Adamu, uno para Temarii) por la comisión de ética de la FIFA.

30 de noviembre de 2010 – La BBC ahondó más en el tema en su emisión Panorama cuestionando a tres miembros muy influyentes del Comité Ejecutivo, el brasileño Ricardo Teixeira, el camerunés Issa Hayatou, presidente de la Confederación Africana (CAF) y miembro del Comité Olímpico Internacional (COI), y el paraguayo Nicolás Leoz, presidente de la Confederación Sudamericana (Conmebol).

Teixeira, Hayatou y Leoz se habrían, según la BBC, beneficiado de pagos ilegales de parte de International Sports and Leisure (ISL), una sociedad de márketing que había obtenido la exclusividad de los derechos durante varios Mundiales, antes de su liquidación en 2001.

2 de diciembre de 2010 – Rusia y Qatar son los elegidos para organizar los Mundiales de 2018 y 2022, respectivamente. Rusia supera su hándicap de infraestructuras y se impone a los favoritos España/Portugal e Inglaterra, además de Bélgica/Holanda, mientras que Qatar, pese a las dudas sobre el calor que habrá en el Golfo Pérsico en verano, supera a Japón, Estados Unidos, Corea del Sur y Australia. Voces críticas desde diversos sectores se levantan contra estas decisiones. La FIFA responde que su política es la apertura hacia nuevas regiones.

10 de mayo de 2011 – Nuevas acusaciones de corrupción por parte de una Comisión de investigación del Parlamento británico vinculadas a la atribución de la organización de los Mundiales 2018 y 2022.

Según el diputado Damian Collins, algunos elementos aún no divulgados de la investigación realizada por el semanario Sunday Times probarían que el camerunés Issa Hayatou, presidente de la CAF (Confederación africana), así como otro miembro del Consejo ejecutivo de la misma, el marfileño Jacques Anouma, habrían negociado su voto por Qatar-2022.

“La investigación del Sunday Times afirma que se pagó 1,5 millones de euros a los miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA Issa Hayatou y Jacques Anouma, quienes votaron por Qatar”, afirmó Collins.

Por su parte, el ex presidente del Comité de candidatura inglesa al Mundial de 2018, Lord David Triesman, acusó ante esta Comisión investigadora a ciertos miembros de la FIFA, a los que acusó de comportamiento “incorrecto y antiético”.

En particular citó a Jack Warner, presidente de la CONCACAF, así como al presidente de la CONMEBOL, el paraguayo Nicolás Leoz, y a sus pares de la brasileña, Ricardo Teixeira, y de la tailandesa, Worawi Makudi.

25 de mayo de 2011 – La comisión de ética de la FIFA anunció que investigaría al catarí Mohamed Bin Hammam, presidente de la Confederación Asiática, y al trinitense Jack Warner, presidente de la CONCACAF, por “posibles violaciones” del código ético y “alegaciones de soborno” en el marco de las elecciones a la presidencia.

La federación internacional sospecha que pudo haber corrupción en una reunión entre la Unión Caribeña de Fútbol (CFU), organizada por Jack Warner, y Bin Hammam, para conseguir votos para éste de cara a las elecciones a la presidencia de la FIFA del 1 de junio, en las que compite con el actual responsable del organismo, Joseph Blatter.

26 de mayo de 2011 – Blatter es investigado por la comisión de ética de la FIFA tras ser acusado por Bin Hammam de estar al corriente, a través de Warner, de que se iban a pagar sobornos.

29 de mayo de 2011 – La FIFA decidió no investigar a Blatter por la acusación de Bin Hammam, mientras que el catarí estará suspendido mientras dure la investigación.

Esta suspensión también se aplica a Jack Warner y a dos responsables de la confederación caribeña de fútbol, Debbie Minguell y Jason Sylvester, por su intervención en la reunión de la Confederación Caribeña en la que se habrían pagado sobornos para influir en el resultado de las elecciones.

29 de mayo de 2011 – Mohamed Bin Hammam anunció su retirada de la carrera por presidir la FIFA.

29 de mayo de 2011 – Jack Warner, denunció en un comunicado una “donación” de un millón de dólares de Joseph Blatter a la Concacaf.

30 de mayo de 2011 – La FIFA archivó por falta de pruebas el caso de las acusaciones de presunta corrupción, lanzadas por el presidente de la candidatura inglesa al Mundial-2018, David Triesman, contra los titulares de la Conmebol -el paraguayo Nicolás Leoz-, de la Concacaf -el trinitense Jack Warner-, de la Confederación Brasileña (CBF) -Ricardo Teixeira- y de la federación tailandesa -Worawi Makudi-.

30 de mayo de 2011 – Jack Warner desvela un intercambio de e-mails con el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, en el que éste habría afirmado que los cataríes querían comprar la FIFA como habrían hecho con la sede del Mundial-2022. Valcke reconoce la existencia de ese e-mail pero habla de un mensaje de carácter distendido, quitando seriedad y veracidad a sus palabras.