Gran polémica causaron las declaraciones del gobernador de Tokio, al afirmar que la catástrofe en Japón es “un castigo divino” para “lavar el egoísmo de los japoneses”.

Shintaro Ishihara, autoridad del Gobierno en Tokio aseveró que “la identidad del pueblo japonés se caracteriza por el egoísmo. Estaría bien hacer buen uso de este tsunami para lavarlo. Estoy convencido de que el cataclismo fue un castigo del cielo”, según informa agencia Ansa.

Sus controvertidas palabras las lanzó cuando se le pidió comentar sus impresiones sobre la respuesta del pueblo nipón ante la catástrofe.

Luego Ishihara, intentó bajar los ánimos ante la prensa y simpatizar con las víctimas del terremoto, a quienes definió como “pobrecitas”.