La psicóloga clínica y directora del Centro de Atención Psicológica de la Universidad de Santiago (CAP-Usach), Jade Ortiz, explicó que la afluencia del estrés de fin de año tiene un fuerte componente asociado a los daños del terremoto y tsunami de febrero que aún tienen repercusiones, precisando por cierto, que el factor más determinante es la acumulación de sobrecargas en lo cotidiano.

En el caso del terremoto y maremoto del 27 de febrero, la psicóloga precisa que “haber seguido un evento estresante del nivel de esta catástrofe durante los primeros meses, tiene todavía repercusiones durante todo el año y mantendrá algunas para el próximo”.

La psicóloga Usach, también planteó que diciembre tiene una variable económica compleja y de sentarse a hacer una serie de planificaciones. Así, en este mes “la sobrecarga del estrés cotidiano, frente al evento de fin de año aumenta y repercute en todas las personas”, pero especifica que hay sujetos que tienden a estar más estresados que otros por sus características personales y sus propias condiciones laborales.

A modo de consejo para enfrentar esta etapa, la directora del CAP-Usach, destacó que “primero que todo” se debe, a su juicio, “entender que lo que ocurre y pasa es normal, por lo cual hay que perdonarse un poco a sí mismo por las falencias y bajar la sobre exigencia”, llamando a “no culparse por lo que no cumplió o no pudo manejar”.