El Papa recibió este lunes a un grupo de monitores de esquí y elogió este deporte por ayudar a desarrollar “la tenacidad para superar dificultades” y por practicarse en un entorno “que nos hace sentir pequeños”, devolviendo al ser humano a su verdadera dimensión.

“Vuestro compromiso como maestros del esquí contribuye a estimular ciertas capacidades, como por ejemplo la constancia para conquistar objetivos, el respeto a las reglas, la tenacidad para superar dificultades”, declaró Benedicto XVI al recibir al grupo de monitores, que estuvo acompañado por el canciller italiano Franco Frattini, gran aficionado al esquí.

“A través de la actividad deportiva, una persona comprende mejor que su cuerpo no puede ser considerado como un objeto (…) sino que le permite relacionarse con los otros”, añadió.

El Papa apostó por “un equilibrio entre la dimensión física y espiritual que lleve a no idolatrar el cuerpo, sino a respetarlo”, denunciando el uso de sustancias irregulares y el recurso al dopaje.

“El esquí se practica en la montaña, en un lugar que de una manera especial nos hace sentir pequeños, que nos devuelve a nuestra justa dimensión de criaturas, que nos hace capaces de preguntarnos por el significado de la creación, levantar la mirada y abrirnos al Creador”, concluyó el Papa.

Juan Pablo II, predecesor de Benedicto XVI, era un gran amante de la montaña y el esquí, que practicó cuando sus obligaciones y su estado de salud se lo permitieron.