Tras el sorteo de Copa Davis, que nos dejó emparejados con Estados Unidos, fue imposible evitar sacar cuentas y especular sobre las reales opciones de nuestro equipo ante los americanos en marzo del 2011.

Copa Davis

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Hay que ser honestos, sin González y con Nicolás Massú en un descenso marcado, no hay mucho que hacer. Pero, en Chile el tenis se ha escrito con jornadas históricas y por sobre todo es un deporte de momentos. A 6 meses del enfrentamiento, hay mucho que hacer y lo decía Hans Gildemeister en nuestros estudios, no sólo hay que encontrar el lugar y tipo de cancha adecuado, sino también trabajar en el segundo singlista y en la recuperación de Massú.

La cancha

Ya es un hecho que se jugará en Santiago y lo más probable en el court central del Estadio Nacional, un reducto abandonado y que deberá ser remodelado para recibir un partido internacional y donde la inspección de los enviados de la ITF seguramente exigirá cambios profundos en sus acomodaciones. Si logramos sortear ese problema, hay que comenzar lo otro, lo tenístico. No faltó quien dijo, pero si Colombia le hizo pelea a Estados Unidos por qué nosotros no, el tema es que Alejandro Falla y Santiago Giraldo son dos jugadores rankeados entre los 100 mejores de mundo, privilegio que nosotros hace rato no tenemos. Jugaron en Bogotá y ante más de 9 mil personas. Todos factores que hicieron que Mardy Fish y Sam Querrey no lo pasaran bien en tierras cafetaleras.

Hay muchas posibilidades que nuestro mejor singlista no llegue entre los 100 mejores al duelo de marzo, pero en Massú hay factores que juegan a su favor, ordenado emocionalmente (algo que influye por más que algunos especialistas crean que no), la previa en Santiago, Buenos Aires, Costa do Sauipe y Acapulco podrían darle ritmo de competencia para el desafío de la Davis. Massú sabe que, hoy por hoy, la Copa representa no sólo el desafío de seguir metido en la élite del tenis mundial, sino una inyección potente en lo espiritual para los últimos años de su carrera.

El factor Ríos

En medio de la divagación mediática, algunos apostaron ayer por la opción de Hans Gildemeister de incluir a Marcelo Ríos para el dobles. Dejemos las bromas y seamos serios, “el Chino” está retirado, nunca fue un buen doblista, tiene una lesión crónica en la espalda y arriesgarse o arriesgarlo a una exigencia de este nivel sería un error para el capitán y para el propio Marcelo Ríos. Creo más en un “Chino” Ríos sparring, ayudando a la preparación del equipo, más que en un jugador rescatado de las cenizas ante la ausencia de renovación. Este momento es el justo para empezar a trabajar con el recambio de manera progresiva, apostando por Massú como buque insignia pero creyendo que hay chicos que ya pueden sumar minutos en una competencia de nivel internacional.

El público

Imposible no referirnos a un elemento que no es menor. Señoras y señores ustedes tienen mucho que decir, porque en este partido con Estados Unidos es el público el que debe levantar a los jugadores y no al revés, es probable que se pierda, pero la condición de local se debe hacer sentir como en Rancagua. No se trata de hacerlo a cualquier costo como pasó en la trágica jornada de los sillazos ante Argentina. Más bien, se trata de un apoyo concreto, permanente y real en toda la serie. La Federación también tiene algo que decir, asumiendo que los costos son altos, los valores de las entradas deben ser los adecuados para que sea una opción para el público asistir al court y no una carga monetaria.

A seis meses de volver a tener tenis de primer nivel en Chile, pensemos que se puede, tengamos fe en que se dará pelea, más allá de si al frente están Roddick, Querrey, Fish, Isner o los Bryan.